EL CAFÉ Y LA PRESIÓN ALTA

CIENCIA UANL / AÑO 22, No.98 noviembre-diciembre 2019

En una oficina donde trabajé había una persona que se tomaba hasta seis tazas de café al día, y no eran tazas pequeñas. Y es que tomar café es un hábito muy común en muchas personas, y cómo no, si es una bebida deliciosa, tanto fría como caliente. Sin embargo, el hábito de consumir más de tres tazas de café por día eleva hasta cuatro veces las probabilidades de que personas genéticamente predispuestas padezcan niveles elevados de presión arterial. Esta conclusión surge de un estudio realizado en la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, y dado a conocer en la revista Clinical Nutrition.

Dicho estudio, que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo, se basó en datos referente a 533 personas entrevistadas en el marco de la Investigación de Salud del Municipio de São Paulo, un sondeo de base poblacional que abarca el área urbana del municipio y mediante el cual se evalúan las condiciones sanitarias de sus habitantes. No se observó una asociación significativa entre el consumo de la infusión y los niveles de presión arterial en los casos de personas que tomaban hasta tres tazas diarias.

“Estos hallazgos ponen de relieve la importancia de moderar el consumo de café para la prevención de la presión alta, particularmente cuando se trata de individuos genéticamente predispuestos a presentar este factor de riesgo cardiovascular”, declaró Andreia Machado Miranda, posdoctoranda en el Departamento de Nutrición de la Facultad de Salud Pública de la USP (FSP-USP) y primera autora del artículo.

Se consideraron valores elevados de presión arterial a aquéllos situados arriba de 140 por 90 milímetros de mercurio (mmHg). En un trabajo anterior, Machado Miranda había observado que el consumo moderado de café (de una a tres tazas diarias) tiene un efecto beneficioso en lo concerniente a algunos factores de riesgo cardiovascular, en particular la presión arterial y los niveles sanguíneos de homocisteína, un aminoácido relacionado con el surgimiento de alteraciones en los vasos sanguíneos, los infartos y los accidentes cerebro- vasculares (ACV). En ese primer análisis, no se contemplaron los datos genéticos.

“En el estudio más reciente decidimos investigar si en individuos que exhiben factores genéticos que predisponen a la hipertensión el consumo de café tendría influencia sobre los niveles de presión arterial”, dijo Machado Miranda.

Los análisis estadísticos mostraron que a medida que aumentaba la puntuación de riesgo y la cantidad de café consumida, crecían también las probabilidades de que la persona tuviese presión alta. En los voluntarios con puntuación más elevada y con un consumo diario superior a tres tazas, las probabilidades de padecer presión alta fueron cuatro veces mayores que las de personas sin predisposición genética.

“Como la mayor parte de la población no sabe si tiene o no predisposición al desarrollo de hipertensión –para ello sería necesario secuenciar y analizar el genoma–, lo ideal es que todos consuman moderadamente café, pues, por lo que todo indica, es beneficioso para la salud del corazón”, dijo Machado Miranda (fuente: Agencia FAPESP/ DICYT).