LAS PANTALLAS Y EL ESTUDIO EN LOS ADOLESCENTES

CIENCIA UANL / AÑO 22, No.98 noviembre-diciembre 2019

Cuando yo era niño en casa sólo teníamos un televisor, y éste se encontraba en la sala, donde toda la familia nos sentábamos por la noche antes de dormir a ver lo que pasaba por el único canal que sintonizaba. Sin embargo, hoy en día muchas familias tienen una pantalla en cada habitación, y es normal que en el cuarto de los niños haya una. Al respecto, investigadores de la Universidad de Cádiz, la Autónoma de Madrid y el grupo Inmunonutrición del CSIC, han demostrado que los niños y adolescentes con pantallas en el dormitorio pasan más momentos sentados o tumbados y dedican menos tiempo a estudiar. Ésta es una de las conclusiones de un trabajo donde han configurado un mapa preciso de las condiciones del entorno de las familias para determinar qué aspectos pueden intervenir en esta actitud.

Los expertos han analizado variables como el número de televisores en casa, los medios de comunicación dentro de la habitación o tener disponibles juegos que propicien la actividad física como factores que predominan en la adquisición de hábitos más o menos saludables. Por otra parte, han confirmado que los jóvenes con un mayor número de dispositivos electrónicos en el hogar dedican más tiempo a actividades de pantalla y menos tiempo al estudio.

Las investigaciones han incluido a casi mil seiscientos jóvenes entre 9 y 18 años a los que se les ha medido la actividad física a través de un acelerómetro durante una semana. En un estudio publicado en la revista European Journal of Sport Science los expertos muestran la imagen global de los hábitos juveniles según distintos parámetros. Por ejemplo, disponer de jardín en casa hace que los chicos naveguen menos por Internet. Tener un vecindario que consideran favorable hace que las chicas jueguen menos con videojuegos. Sin embargo, el disponer de pantallas en el dormitorio provoca que ambos géneros dediquen menos tiempo a actividades educativas.

“Las conclusiones destacan que el número de materiales, equipamientos e instalaciones deportivas disponibles en el entorno se relaciona con un menor sedentarismo y con un mayor tiempo de estudio. Al mismo tiempo, hemos observado diferencias significativas entre el tiempo dedicado a los dispositivos tecnológicos y a actividades educativas”, indica el investigador de la Universidad de Cádiz, José Castro, autor del artículo.

El trabajo señala que las chicas son más sedentarias que los chicos y dedican más tiempo a actividades educativas como leer o estudiar. Ellos tienen más ordenadores, consolas o televisores dentro de sus dormitorios, pero ellas pasan más tiempo navegando por Internet o hablando con las amigas.

La investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid, Verónica Cabanas, también autora del artículo, afirma: “De las más de siete horas de tiempo libre que tiene un adolescente cada día de media, dedica tres frente a una pantalla y algo más de dos a los estudios. Esto hace que este sedentarismo influya en el riesgo de padecer enfermedades cardiometabólicas a edades tempranas. Con esta investigación hemos profundizado en los factores que pueden contribuir a reducirlo” (fuente: Cabanas, V.S., Izquierdo, R.G., García, L.C., et al. (2018). Environmental correlates of total and domain-specific sedentary behaviour in young people. The UP&DOWN study. European Journal of Sport Science.