DESARROLLO DEL CONCEPTO DE MUSEO
Alejandro Hinojosa García*
CIENCIA UANL / AÑO 22, No.98 noviembre-diciembre 2019
Los museos son instituciones culturales importantes en la sociedad actual por diversas razones, por ejemplo, ocio, difusión de las ciencias, conservación del patrimonio o como una herramienta para afianzar los conocimientos que se adquieren en la escuela, como parte del desarrollo social de la población.
Linarez (2008) indica que la museología es el campo del conocimiento para conferir formalidad y rigurosidad científica a la actividad museística, la cual surge en la segunda mitad del siglo XIX y cuya red teórico-conceptual descansa en lo siguiente: 1) acción museológica: el museo, el objeto museológico y la colección, 2) estudios de público, 3) gestión y difusión de información, 4) función social del museo, 5) museografía y 6) curaduría.
En el presente trabajo me ubicaré en la acción museológica, esto debido a que es en donde se puede observar la evolución histórica del concepto de museo y qué tipo de espacios se pueden considerar dentro de este concepto, dejando fuera otro tipo de espacios como las galerías.
CONCEPTO DE MUSEO
Este tipo de espacios y su concepto han evolucionado a través del tiempo, el término museo procede de la palabra griega mouseion, que hacía referencia a una topografía sagrada dedicada a las musas protectoras de las artes y las ciencias, pero luego se aplicó, en tiempos de Estrabón, a los lugares de estudio, investigación, la ciencia y la filosofía, además de contener instrumentos de física y mecánica o colecciones de historia natural, siendo la Biblioteca de Alejandría el lugar más famoso en el periodo helénico (Labandeira, 2008, pp. 320-321). De acuerdo con Gore (1999), estos lugares estaban más próximos a las actuales universidades que a los museos actuales; Linarez (2008) menciona que durante el periodo del Imperio Romano el término evolucionó a museum.
Cuando llega el Renacimiento, entre los siglos XV y XVI, el término museo fue utilizado para designar a un espacio físico destinado a la formación de una colección privada de objetos valiosos. Los comerciantes ricos y las familias aristocráticas propiciaron esto por medio del coleccionismo, de esta manera inician como tal los museos (Linarez, 2008, s.p.). La primera ocasión en la que se usó este término de la que se tiene conocimiento es para la co- lección de Lorenzo de Medicis (Gore, 1999, p.44).
Santacana (2005) indica que a principios del siglo XX se le agrega al museo un valor educativo, sobre todo en Estados Unidos, provocando el surgimiento de programas educativos en estos espacios, este valor va a ser agregado posteriormente a la definición que desarrollará el International Concil of Museums (ICOM, por sus siglas en inglés), años más tarde.
El concepto de museo no cambiará, de acuerdo con Labandeira (2008), hasta la creación del ICOM en 1946. De acuerdo con el ICOM, el concepto emitido en 1971 es el siguiente: “El museo es una institución permanente, no lucrativa, al servicio de la comunidad y su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone evidencias del patrimonio material de los pueblos y su medio con la finalidad de promover el estudio, la educación y la diversión” (Pastor, 2004, pp. 107- 108).
Posteriormente, este mismo organismo ha ido cambiando la definición, siendo la última modificación en 1989, la cual añade la idea de aplicarse independientemente a la naturaleza del gobierno, carácter territorial, estructura funcional u orientación de los coleccionistas de la institución en cuestión (Labandeira, 2008, p. 325).
También en 1972, América Latina va a realizar aportaciones en cuanto a la evolución del concepto museo; Witker (2001) menciona que la aportación más importante será concebirlo como una institución incorporada al desarrollo de la sociedad contemporánea y basada en el trabajo interdisciplinario, estará en estrecha relación con el medio ambiente y que aplica metodologías propias al llevar a cabo una función social consciente de investigar, ordenar, exhibir y difundir el patrimonio cultural.
Una muestra de esto la vemos en 1972, cuando en Chile, durante la Mesa Redonda de Santiago de Chile, se realiza la primera declaración pública de lo que sería la “nueva museología”, en la que se destaca al museo como parte importante de la educación de la comunidad, creador de conciencia sobre la problemática social, económica y política y la búsqueda de soluciones alternativas, reafirmando su carácter integral (Yunén, s.f., p.1).
En esta misma década de los setenta, surgirá una corriente llamada museología crítica, la cual emana de la crisis del concepto de museo como espacio de interacción con el público y una colección, y como consecuencia de una política cultural que concibe al museo como un espacio interpretativo (Flórez, 2006, p. 232).
Por último, otra corriente que va a modificar el concepto será la museología social, que se caracteriza por entender al acto museal como aquél en el que museo, comunidad y patrimonio están en la misma línea horizontal (Navajas, 2012, p. 247). Con esto el usuario será incluido en el discurso expositivo y de los contenidos culturales tal como indica Iscar (2016).
CONCLUSIONES
Como se pudo observar a lo largo del presente trabajo, el concepto museo ha tenido muchos cambios a lo largo de su historia; el ICOM estableció una concepción mejor definida de lo que es un museo, pasando de un lugar que en la antigüedad griega era algo parecido a una biblioteca o una universidad, a los espacios que conocemos actualmente.
En este último concepto que realiza el ICOM, puede verse claramente que el museo no es un espacio en donde se exhiben objetos solamente, sino que es un espacio que tiene una misión social importante al cumplir con otro tipo de funciones como la investigación y la de difundir el patrimonio cultural.
A pesar de esto se debe trabajar en realizar una mejor definición de lo que es un museo, debido a que, como menciona Hernández (1992), en el concepto actual entran lugares como las zonas históricas y arqueológicas, parques naturales, planetarios y centros científicos, lo cual muestra que todavía es un concepto en formación.
Aun así, se puede considerar, con base en la evolución del término, que el museo ha pasado de ser una institución encerrada en sí misma a una institución que se ha vuelto más dinámica y que colabora con otras instituciones dedicadas principalmente a la educación y la divulgación de valores como lo indica Regalado (2010). Este cambio ha permitido que el museo se empiece a ver como una institución que no solamente guarda objetos y los cuida, sino que también puede ayudar en la educación, generación de valores y difusión de conocimientos.
Para finalizar, en mi opinión, el concepto que utiliza el ICOM actualmente ha funcionado para delimitar las funciones del museo y también, hasta cierto punto, qué instituciones pueden considerarse museos, y diferenciarlos de las galerías, pero todavía falta en ese aspecto mejorar su delimitación conceptual.
REFERENCIAS
Flórez, M. (2006). La museología crítica y los estudios de público en los museos de arte contemporáneo: caso del museo de arte contemporáneo de Castilla y León, MUSAC. De Arte Revista de Historia del Arte. 5: 231-243.
Gore, E. (1999). El museo como organización. En Martini, J., Brown, E., Gore, E., et al., Lo público y lo privado en la gestión de museos: alternativas institucionales para la gestión de museos (41-70), Fondo Nacional de las Artes, Fundación Antorchas y Fondo de Cultura Económica, Sao Paulo, Brasil.
Hernández, F. (1992). Evolución del concepto de museo. Revista General de Información y Documentación. 2(1): 85-97.
Iscar, C.E. (2016). La museología social en la difusión del patrimonio arqueológico emeritense. Norba Revista de Arte. 36: 223-243.
Labandeira, S. (2008). Breve recorrido por la evolución del concepto de museo. Revista de la Asociación Profesional de Museólogos de España. 13: 320-325.
Linarez, J.C. (2008). El museo, la museología y la fuente de información museística. Revista ACIMED. 17(4). Disponible en: scielo.sld.cu/pdf/aci/v17n4/aci05408.pdf
Navajas, O. (2012). Museología social como herramienta del cambio en los museos de Japón. En Asensio, M., Asenjo, E., y Castro, Y., (eds.). Series de investigación iberoamericana en museología. 3(4). Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, España.
Pastor, M. (2004). Pedagogía museística: Nuevas perspectivas y tendencias actuales, Barcelona, España: Editorial Ariel.
Regalado, L. (2010). El museo y su entorno. Koot Revista de Museología. 1: 73-78.
Santacana, J. (2005). Museografía didáctica, museos y centros de interpretación del patrimonio histórico. En Santacana, J., y Serrat, N. (coords.), Museografía didáctica. Barcelona, España: Editorial Ariel.
Witker, R. (2001). Los museos. México, D.F.: Conaculta.
Yunén, R.E. (s.f.). ¿Museología nueva? ¡Museología nueva! Disponible en: http://nuevamuseologia.net/wp-content/ uploads/2015/12/museologianueva.pdf