LA COMIDA DIRIGIÓ NUESTRA HABLA

Seguramente conoces a alguien que cuando habla emite algunos sonidos que resultan diferentes, como si trajera brackets, aunque no los use. Déjame decirte que eso tiene que ver con la posición de sus dientes, de hecho, cambios en la dentición humana derivados de dietas más blandas resultaron en nuevos sonidos como “f” en lenguas de todo el mundo, a esto llegó un equipo internacional liderado por investigadores de la Universidad de Zürich en Suiza. Estos hallazgos contradicen la teoría de que el rango de sonidos presentes en las lenguas del mundo ha permanecido fijo a lo largo de la historia.
El habla humana es espectacularmente diversa, cubriendo desde sonidos comunes como ́m ́ y ́a ́ hasta los raros chasquidos consonánticos encontrados en las lenguas del sur de África. Este rango de sonidos se cree que ha permanecido fijo por la biología humana al menos desde los primeros indicios de Homosapiens hace 300,000 años. Un estudio por un equipo internacional liderado por científicos de la Universidad de Zürich (Suiza) que involucra a investigadores del Instituto Max Planck (en Alemania y Holanda), la Universidad de Lyon (Francia), la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur) y otras instituciones echa luz sobre la evolución del habla. El estudio muestra que sonidos como “f”, muy comunes en las lenguas modernas, son en realidad adiciones muy recientes y resultaron como consecuencia de cambios en la dentición a raíz de la adopción de nuevas dietas hace miles de años.
En el pasado, los dientes superiores e inferiores se cerraban en una mordida borde a borde como resultado de una dieta basada en alimentos que requerían una profusa e intensa masticación. La introducción de comidas más blandas y de métodos de preparación que reducen la cantidad de masticación necesaria les permitieron a los humanos conservar la configuración dental juvenil, donde los dientes superiores están ligeramente por delante de los dientes inferiores a la vez que forman un pequeño ángulo hacia fuera de la boca. Este cambio dio lugar a una clase de sonidos del habla que hoy se encuentra en aproximadamente la mitad de todas las lenguas del mundo: los sonidos “labiodentales”, que se producen al presionar el labio inferior con los dientes superiores. Un sonido labiodental muy común que también se encuentra en el castellano es el sonido de la ́f ́.
El proyecto comenzó gracias a que el equipo se encontró con una curiosa observación del lingüista Charles Hockett en 1985. Hockett notó que las lenguas que albergaban sonidos labiodentales se hablaban usualmente en sociedades con acceso a alimentos blandos, usualmente derivados de la agricultura. “Pero hay montones de correlaciones superficiales entre las lenguas y otros factores, además de que el comportamiento lingüístico, por ejemplo, la pronunciación, no se fosiliza”, aclara el Dr. Blasi. “Realmente ha sido una hazaña evaluar esta hipótesis: combinamos el conocimiento, los datos y los métodos de diversas disciplinas para descubrir y evaluar los mecanismos subyacentes a las correlaciones observadas. Es un caso singular de convergencia de la evidencia a lo largo de muchas disciplinas”. El proyecto fue posible gracias a la disponibilidad de nuevas bases de datos, nuevos modelos biomecánicos del habla y nuevos métodos computacionales de análisis de datos (fuente: U. Zúrich)
