Una galaxia desde otro ángulo

Galaxia NGC 1055

CIENCIA UANL / AÑO 20, No. 84, abril-junio 2017

Muchas veces hemos visto fotografías de galaxias, las más comunes desde arriba, en las que podemos distinguir una espiral, o “de cara” –un buen ejemplo de este tipo sería la galaxia en forma de remolino NGC 1232–. Cuando observamos estas fotografías podemos distinguir algunas características como los brazos y los brillantes núcleos con mucho detalle, pero hacen difícil obtener información sobre su forma tridimensional.

Podemos ver otras galaxias, como NGC 3521, desde otro ángulo. Aunque estos objetos inclinados comienzan a revelarnos la estructura tridimensional del interior de sus brazos espirales, comprender la forma general de una galaxia espiral requiere una vista de canto, como esta de NGC 1055.

Cuando se observan desde este ángulo, es posible obtener una visión general de cómo se distribuyen las estrellas a lo largo de la galaxia –tanto en zonas de formación estelar como en áreas de poblaciones más viejas– y es más fácil medir las “alturas” del disco, relativamente plano, y del núcleo cargado de estrellas. La materia se extiende desde el brillo cegador del propio plano galáctico, alejándose, y volviéndose cada vez más observable sobre el oscuro fondo del cosmos.

Esta perspectiva permite a los astrónomos estudiar la forma general del disco extendido de la galaxia y estudiar sus propiedades. Un ejemplo es la deformación, algo que vemos en NGC 1055. La galaxia tiene regiones con una peculiar torsión y desorden en su disco, probablemente causados por las interacciones con la cercana galaxia Messier 77 (fuente: ESO España).