El alza de la pobreza nutricional en México
JORGE VALERO GIL*, MAGALI VALERO*
CIENCIA UANL / AÑO 18, No. 71, ENERO-FEBERERO 2015
Estudiar la pobreza desde el punto de vista monetario no es lo único importante, sino también estudiarla desde el aspecto nutricional. Pudieran tenerse ingresos altos, y si los precios de los alimentos también lo son, entonces es posible el deterioro en la alimentación de los hogares mexicanos. Estudiar el consumo de alimentos en los hogares nos brinda una clara perspectiva acerca de la pobreza nutricional en el hogar. En este estudio analizamos la pobreza, estimando si los hogares cumplen con los requerimientos mínimos calóricos y proteínicos diarios. Se estudió el costo de estos nutrientes y se separaron los hogares por nivel de ingreso para entender la relación entre la pobreza nutricional y la de ingresos. El estudio de las deficiencias a través del tiempo importa desde el punto de vista económico, nutricional y de política pública.
DATOS Y METODOLOGÍA
Medimos la pobreza nutricional en México a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) para los años 1984, 1998 y 2010. La muestra se divide en hogares rurales (aquéllos en poblaciones de menos de 15000 habitantes) y urbanos. El estudio de la pobreza urbana es importante, dado que ésta parece incrementarse de manera desproporcionada en el sector urbano. (1,2) Con base en estas encuestas, se tomaron las cantidades reportadas de consumo de alimentos y las convertimos en cantidades de calorías y proteínas, a partir los factores de conversión de la FAO/LATINFOODS,3 USDA4 y SEH-LELHA, (5) en ese orden.
Para medir la pobreza nutricional con el ‘método directo’ se verifica si las personas consumen el mínimo de calorías (o proteínas), o con el ‘método del ingreso’ se calcula el ingreso mínimo con el cual las necesidades mínimas especificadas se cumplen, y después se identifican aquellos con ingresos actuales por debajo de esta línea de pobreza. (a)
Para determinar si un hogar es pobre en calorías/proteínas, utilizamos el método directo y comparamos el consumo de calorías y proteínas del hogar con su ración recomendada. El consumo recomendado, necesario para un miembro en particular del hogar depende de su edad y sexo, y se toma de las tablas 3-5 y 6-4 del National Research Council. (b7)
Se considera un hogar como deficiente en calorías (proteínas), si su consumo está por debajo de los niveles recomendados.
RESULTADOS
Los niveles de pobreza nutricional se estimaron por separado para cada nivel de ingreso de los hogares. Se construyeron nueve grupos de ingreso, para los percentiles de gasto 0-1, 1-5, 5-10, 10-25, 25-50, 50-75, 75-90, 90-95 y 95-100. Los resultados de estas estimaciones se presentan en la figura 1, en la que el panel A muestra la pobreza en calorías, y el panel B la pobreza en proteínas. Como era de esperarse, el porcentaje de hogares que no cumplen con la ingesta mínima de calorías y proteínas disminuye conforme aumenta el gasto del hogar. Adicionalmente, un mayor porcentaje de hogares no cumple con los requerimientos mínimos de calorías, comparados con los que no cumplen los requerimientos proteínicos. Más interesante aún: claramente se observa en la figura 1 que la pobreza nutricional es mayor en 2010 que en 1984. A través del tiempo, una mayor cantidad de hogares no cumple con los requerimientos mínimos de calorías y proteínas ingeridas. Esto es cierto para cada nivel de gasto del hogar, pero el cambio es especialmente importante para aquellos hogares con nivel de gasto por debajo de la mediana.
El incremento en la pobreza calórica y proteínica podría deberse a un aumento en los precios de las calorías y proteínas. La figura 2 muestra el costo por caloría y proteína pagado por los diferentes estratos de ingreso. Los costos están medidos en pesos de 2010. El costo por caloría y por gramo de proteína ha aumentado a través del tiempo para los hogares pobres. Los hogares pobres enfrentan un aumento en los costos por caloría y proteína que no se observa
en niveles de ingreso más altos.
La figura 3 muestra el porcentaje de hogares que no cumplen con la ingesta mínima de calorías (panel A) o de proteínas (panel B) de entre los hogares pobres rurales y los pobres urbanos, definido como pobres 25% de los hogares en México con menor ingreso per cápita. Entre los hogares pobres rurales, 46% no cumplía con los requerimientos mínimos de calorías en 1984, y 79% en 2010. Entre los pobres urbanos, 69% no cumplía con el mínimo de calorías necesarias en 1984, y 94% en 2010. La pobreza proteínica, aunque también se ha elevado, es menos prominente. Los hogares rurales pobres que no cumplían con los requerimientos mínimos pasaron de 23% en 1984 a 41% en 2010. Por su parte, los hogares urbanos pobres que no cumplían con los requerimientos mínimos de proteínas pasaron de 27% en 1984 a 42% en 2010.
CONCLUSIONES
El número de hogares con ingesta de calorías y proteínas por debajo de los niveles recomendados ha aumentado en los últimos 20 años. Pese al crecimiento económico que México ha observado, hay un incremento en deficiencias calóricas y proteínicas en los hogares. Aunque este incremento se manifiesta para todos los niveles de ingreso, los hogares pobres han experimentado los cambios más fuertes. Esto pudiera deberse a que los precios pagados por caloría/proteína han aumentado a través del tiempo para los hogares pobres, mientras que han disminuido para los hogares con mayor ingreso. Los resultados sugieren que, además de considerar los niveles de ingreso, es importante el estudio del consumo calórico y proteínico de los hogares para entender el estatus y la posible mejora o deterioro de los hogares pobres en México.
RESUMEN
En este estudio analizamos la pobreza, con base en si los hogares cumplen con los requerimientos mínimos calóricos y proteínicos diarios. Se estudió el costo de estos nutrientes y se separaron los hogares por nivel
de ingreso, para entender la relación entre la pobreza nutricional y la de ingresos.
Palabras clave: Pobreza, Nutrición, Pobreza nutricional, Calorías.
ABSTRACT
We analyze poverty by estimating if households meet the minimum daily calorie and protein requirements, studying the cost of these nutrients, and separating households by income level to understand the relationship between nutritional and monetary poverty.
Key words: Poverty, Nutrition, Nutritional poverty, Calories
* Universidad Autónoma de Nuevo León, FaEco.
* University of Michigan at Dearborn.
Contacto: jnvalero@gmail.com
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El presente artículo está basado en la investigación “Ingesta nutricional y pobreza en México:1984-2010”, galardonado con el Premio de Investigación UANL 2014 en la categoría de Ciencias Sociales, otorgado en sesión solemne del Consejo Universitario de la UANL, en agosto de 2014.
Recibido: 18/07/14
Aprobado: 18/08/14
REFERENCIAS
1. Chen, Shaohua, Martin Ravallion (2007). Absolute poverty measures for the developing world, 1981-2004. Proceedings of the National Academy of Sciences 104, No. 43: 16757-16762..
2. Coneval (2014). Evolución de la pobreza por la dimensión de ingreso, 1992-2012. Anexo estadístico indicadores de pobreza 90-2012. http://www.coneval.gob.mx/Informes/Pobreza/Estatal2012/Evolucion_dimensiones _pobreza_
1990-2012/AE_Indicadores_Pobreza_1990-2012.zip
3. FAO/LATINFOODS (2002). “Tabla de composición de alimentos de América latina”. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
4. USDA (2011). U.S. Department of Agriculture, Agricultural Research Service. USDA National Nutrient Database for Standard Reference, Release 24.
5. SEH-LELHA (2011). Sociedad Española de Hipertensión. Liga Española para la Lucha Contra la Hipertensión Arterial. Tabla de Alimentos. http://www.seh-lelha.org/ alimento.htm
6. Sen, A. (1979). “Issues in the measurement of poverty”, The Scandinavian Journal of Economics, 81(2), 285-307.
7. National Research Council (1989). Recommended dietary allowances: National Academies Press.
8. Jensen, R., y Miller, N. (2010). “A Revealed Preference Approach to Measuring Hunger and Undernutrition”, UCLA School of Public Affairs Working Paper.