Ecoeficiencia y sustentabilidad

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PEDRO CÉSAR CANTÚ MARTÍNEZ*

CIENCIA UANL / AÑO 18, No. 71, ENERO-FEBRERO 2015

Se ha confirmado que a una compañía que procura desarrollarse de forma exitosa no sólo le incumbe concebir beneficios, ganancias y crear empleos, sino que también debe propiciar condiciones económicas que le favorezcan en un entorno social conveniente. Lo anterior le permitirá contar con una iconografía positiva que la legitime socialmente, y que se materialice en la lealtad de sus clientes y la satisfacción de su personal; pero, particularmente, le habilite encontrarse en el marco de desempeño de la responsabilidad social empresarial. Al ampliar sus objetivos para la construcción de mejores condiciones sociales, la compañía aumentará la calidad de vida de los miembros de la sociedad. (1,2)

En el marco de la responsabilidad social empresarial, se observa que los preceptos acerca de los marcos legales de desempeño socioambiental, que se han erigido en los distintas naciones, puntualizan la conveniencia de un balance entre el manejo, utilización y conservación de los sistemas naturales y sus elementos, reconociéndose en este acto que éstos se yerguen como un capital de carácter natural insustituible, son sostén de las necesidades y progreso de toda sociedad en el mundo. (3-5) Así, la ecoeficiencia se torna extremadamente importante en el funcionamiento de las empresas, para mantenerse en este precepto de responsabilidad social empresarial, como lo señala el decálogo de las empresas socialmente responsables en los puntos 5 y 6: (6)

5. Respeta el entorno ecológico en todos y cada uno de los procesos de operación y comercialización, además de contribuir a la preservación del medio ambiente.

6. Identifica las necesidades sociales del entorno en que opera y colabora en su solución, impulsando el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida (p. 74).

Así, la ecoeficiencia recuenta un conocimiento y comprensión de orden administrativo que aconseja y alecciona a las organizaciones para admitir su compromiso con la sociedad, y las encauza para que se transfiguren en emprendimientos competitivos, en los cuales se estimule la innovación productiva y alcancen una mayor obligación socioambiental. (3,7) Esto suministra un escenario para que las empresas se establezcan en entidades más eficiente; sin embargo, este accionar es diferencial conforme con las marcas del desarrollo y progreso de los países donde las empresas se encuentren establecidas.

Por lo tanto, el presente manuscrito reflexiona sobre qué es la ecoeficiencia en el contexto de la responsabilidad social empresarial, la cual está en constante perfeccionamiento y progreso, y cuáles son sus beneficios y su contribución al logro del desarrollo sustentable.

¿Qué es la ecoeficiencia?

De acuerdo al Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible, la ecoeficiencia se precisó, en 1991, (8) como “la producción de productos y servicios a unos precios competitivos que satisfagan las necesidades humanas y proporcionen calidad de vida, a la vez que se reducen progresivamente las consecuencias ecológicas y la utilización de numerosos recursos durante el ciclo de vida, a un nivel equivalente, por lo menos, al de la capacidad estimada del planeta” (p. 9). Este precepto, según Fernández Viñé, Gómez Navarro y Capuz-Rizo, (9) erigido en la década de los noventa del siglo pasado, inserta la oportunidad de que se reduzca el impacto ambiental enteramente en el ciclo de vida del producto, desde la etapa de producción, “ofreciendo al mercado productos que contaminarán menos a lo largo de toda su vida útil y que representarán una menor carga para el planeta al ser desechados” (p. 123); por ende, esto hará aumentar la competitividad de los procesos productivos de las empresas.

En 1998, Castro (10) citaba que la ecoeficiencia tenía por excelencia atender tres aspectos relevantes que correspondían a: 1) la calidad total, que involucra la productividad y calidad en la empresa, 2) la preservación del medio ambiente, que está relacionado con el desarrollo sustentable, 3) la salud y seguridad ocupacional; esto es lo concerniente a higiene y seguridad en el trabajo. Mientras que en el presente, Cantú- Martínez3 cita, pródigamente, que la ecoeficiencia busca:

establecer una producción de productos manufacturados de alta durabilidad, aminorar la intensidad en la aplicación de energía para la producción de los bienes y servicios, maximizar el uso de las materias primas, manejar y disponer de los materiales y residuos peligrosos de manera eficiente y ambientalmente aceptable, contar con sistemas de gestión y calidad ambiental, así como de procedimientos en seguridad y salud ocupacional, entre otras disposiciones, que les reditúa beneficios financieros y competitividad (p. 78).

En el marco de la ecoeficiencia, aplicado al aspecto empresarial con un enfoque ecosistémico, se identifican tres vertientes a considerar, en las que se incide en el funcionamiento de empresas socialmente responsables: el plano de la ingeniería ambiental, la prevención de la contaminación y el ecodiseño de los productos. (8)

En el rubro de ingeniería ambiental, atañe al conjunto de actividades realizadas con el fin de dar tratamiento a la contaminación emanada por los procesos productivos y que inciden en el agua, aire, suelo, así como la disposición adecuada de los residuos. Mientras que la prevención de la contaminación involucra acciones que optimicen el uso de las materias primas, reducir la generación de residuos; y contempla la reutilización y el reciclamiento como acciones relevantes.

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Por último, el ecodiseño se relaciona estrechamente con el ciclo de vida de los productos, es decir, contempla acciones encaminadas a la delineación de productos más perdurables, con el propósito de minimizar su impacto al ambiente durante su vida útil, que comprende desde la extracción de materias primas, la producción, hasta el desecho de un producto de utilidad humana.

Por lo cual, hoy en día, además de los rubros antes mencionados, también es de primordial importancia que las empresas consideren acceder a las nuevas tecnologías que les permitan conseguir altos niveles de reducción en la utilización de recursos y modificar procesos de producción obsoletos; asimismo, que conlleven a la mejor eficiencia del funcionamiento, tanto de equipos como de instalaciones, a través de buenas prácticas de mantenimiento y operación, que permitan abatir los efectos negativos en el ámbito social, económico y natural, y contribuyan así al desarrollo sustentable. (11,12)

Beneficios de la ecoeficiencia

A la implementación de la ecoeficiencia, las empresas se agencian una iniciativa de alto valor, particularmente porque promueve el desarrollo socioeconómico sin un alto costo de orden ambiental, lo cual las convierte en líderes en este aspecto. ¿Por qué señalamos esto?, porque se debe reconocer que los emprendimientos empresariales no cuentan entre sus objetivos el perjudicar al medio ambiente; por lo tanto, los conflictos no emanan de los propósitos establecidos por las empresas, sino de los procesos de trabajo empleados para generar los bienes de consumo.

En un modelo ecoeficiente, la jerarquía de acciones a contemplarse, de acuerdo con Bao Iglesias, (13) debe incluir: “prevención, reutilización, reciclado, recuperación de materiales, incineración con recuperación energética, incineración y vertido” (p. 353). Por lo tanto, adoptar el modelo de ecoeficiencia, de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, citado por Leal, 7 implica que los principales beneficios otorgados por la implementación de la ecoeficiencia se plasmarían en los siguientes aspectos:

a. Mejora de la productividad
b. Ahorro de energía y materias primas
c. Reducción de residuos y materiales tóxicos
d. Disminución de los riesgos
e. Ahorro en el gasto de control de la contaminación
f. Mano de obra más motivada
g. Enfoque para una mejora continua
h. Mejores medidas de sanidad y seguridad
i. Reducción de los riesgos civiles ambientales
j. Descenso en las primas financieras y de seguros
k. Mejor imagen pública y una mayor confianza del consumidor (p. 17).

De esta manera, además de los beneficios antes citados, producto de la implementación de la ecoeficiencia empresarial, esta misma coadyuvará a que las organizaciones empresariales sean contempladas como parte integrante de los sistemas naturales, y cuya administración se debe sostener estrechamente sobre tres relevantes elementos a reconocer; éstos son, de acuerdo a Carrillo González: (14)

• Un enfoque sistémico que integra los componentes de la industria y de la biosfera.
• Un énfasis en la extracción biofísica para las actividades humanas y las complejas relaciones de los flujos materiales con el sistema industrial.
• Una consideración de la evolución de las dinámicas tecnológicas en el largo plazo como elemento de transición para pasar de un sistema industrial no sustentable hacia un ecosistema industrial [sustentable] (p. 251).

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Es así que el desarrollo industrial socialmente responsable, fundamentado en la producción de bienes y servicios de manera ecoeficiente, abatirá el deterioro ambiental ocasionado a los ecosistemas naturales y sociales, de los cuales obtiene primordialmente su sostenimiento, y mejorará las relaciones de carácter socioambiental que dan cuenta del desarrollo sustentable. (15,16)

Conclusiones

Que las empresas lleven a cabo el modelo de ecoeficiencia no está esencialmente coligado con circunstancias que acentúen los costos de producción y operación, sino más bien a una reducción de costos ambientales y de carácter social: se reduce el consumo de materias primas y se abate la generación de residuos a unos valores tales que el sistema socioambiental pueda remplazarlos y asimilarlos, respectivamente. Por ende, los intereses, tanto de orden ecológico como sociales, no están en conflicto con las misiones de las propias empresas. Pero sí se requiere que las metas e indicadores de ecoeficiencia cuenten con soporte económico y se encuentren en los planes de las propias empresas.

La decisión de las empresas de encaminarse a los modelos de orden ecoeficiente redituará en ahorros adicionales, la supresión de riesgos y conflictos, y conllevará a la identificación de valiosas oportunidades para la realización de sus propios objetivos; asimismo, accederá a los cumplimientos establecidos en los marcos legales y regulaciones vigentes, para finalmente contar con la aprobación social.

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* Universidad Autónoma de Nuevo León, FCB.
Contacto: pedro.cantum@uanl.mx; cantup@hotmail.com

Referencias

1. Alea-García, A. (2007). Responsabilidad social empresarial. Su contribución al desarrollo sostenible. Revista Futuros, 5(17), Recuperado de www.revistafuturos.info/futuros17/resp_soc_emp.htm
2. Orsi, A. (2007). La responsabilidad social empresarial en los países en desarrollo. Revista Futuros, 5(17), Recuperado de www.revistafuturos.info/futuros17/resp_soc_emp_ao.htm
3. Cantú-Martínez, P.C. (2008). Desarrollo sustentable: conceptos y reflexiones. México. Ed. Universidad Autónoma de Nuevo León.
4. Cantú-Martínez, P.C. (2012). El axioma del desarrollo sustentable. Revista de Ciencias Sociales. 137 (III): 83-91.
5. Cantú-Martínez, P.C. (2013). Responsabilidad social empresarial en el marco de la sustentabilidad. Economía y Sociedad, 18 (44): 21-33.
6. De la Peña de León, A.C. & Amezcua Núñez, J.B. (2012). Responsabilidad social empresarial: casos y estrategias de éxito en México. México. Plaza y Valdés / Universidad Autónoma de Coahuila.
7. Leal, J. (2005). Ecoeficiencia: marco de análisis, indicadores y experiencias. Santiago de Chile. CEPAL.
8. Tyl, B. (2011). Ecoeficiencia industrial. Cómo alcanzar la ecoeficiencia a través del ecodiseño y de la ecología industrial. Pamplona. Red Energía y Medio Ambiente.
9. Fernández-Viñé, M.B., Gómez-Navarro T. & Capuz-Rizo, S. (2009). Diagnóstico de la implementación de la ecoeficiencia en las pequeñas y medianas industrias venezolanas. Anales de la Universidad Metropolitana, 9(2): 119-136.
10. Castro, A.E. (1998). Hacia el desarrollo sostenible y la ecoeficiencia: integración de las normas ISO 9000, ISO 14000 e ISO 18000 diseño de un sistema de gestión ambiental certificable. (Tesis de maestría inédita). Buenos Aires, Arg., Universidad Tecnológica Nacional.
11. Martínez Fernández, J. & Esteve Selma, M.A. (Coords.) (2009). Sostenibilidad ambiental de la Región de Murcia. Murcia. Universidad de Murcia.
12. Aranda Usón, A. & Zabalza Bribián, I. (2010). Ecodiseño y análisis de ciclo de vida. Zaragoza. Prensas Universitarias de Zaragoza.
13. Bao Iglesias, M. (2005). Ecoeficiencia industrial. En: Ramos Castellanos, P. & ýRamos Criado, P.A. (Eds.) Gestión del medio ambiente (1996-2005). (pp. 349-362). España. Ediciones Universidad de Salamanca.
14. Carrillo González, G. (2009). Una revisión de los principios de la ecología industrial. Argumentos, 22(59): 247-265.
15. Cantú-Martínez, P.C. (2013). Las instituciones de educación superior y la responsabilidad social en el marco de la sustentabilidad. Revista Electrónica Educare, 17(3): 41- 55.
16. Fernández Pineda, E. & Finol de Navarro, T. (2007). La tecnología y el ambiente: consolidación de la ecoeficiencia o del ecoenfrentamiento. Télématique: Revista Electrónica de Estudios Telemáticos, 6(2): 62-80.