«Quesque» el mundo se va a acabar

Luis E. Gómez

CIENCIA UANL / AÑO 17, No. 66, MARZO – ABRIL 2014

elmundofinito

El mundo finito.
Desarrollo sustentable en el siglo de oro de la humanidad
Carlos Amador
Fondo de Cultura Económica México, 2010

La medida más obvia del éxito biológico de una especie es el número de sus ejemplares. Y un ejemplo de esto es la humanidad, pues no sólo tiene éxito en la demografía, también en el aumento de esperanza de vida, la disminución de la mortandad infantil y el analfabetismo entre la población mayor de 15 años, entre muchos otros “éxitos” que hemos obtenido.

Sin duda parece que estamos en el “siglo de oro” de nuestra especie, pero ¿será verdad? O estaremos, como dice Carlos Amador en El mundo finito. Desarrollo sustentable en el siglo de oro de la humanidad, metidos en un lío de proporciones apocalípticas.

En un estudio bien fundamentado, y con un lenguaje sencillo, Carlos Amador nos presenta este gran problema, pues nuestro planeta está resintiendo la actual explosión del ser humano de diferentes maneras, y una de ellos es la disminución de los recursos naturales de los combustibles necesarios para hacer trabajar toda la maquinaria de la industria.

Esos combustibles han sido proporcionados sin menoscabo por los recursos naturales que encontramos en nuestro planeta; sin embargo, como todo en este mundo, tienen un límite, no son infinitos.

Cuando los recursos naturales se agoten, tendremos que enfrentar como sociedad los efectos del éxito
tecnológico y de la gran fiesta de la abundancia por la que actualmente pasamos. Y ése es el meollo del libro en cuestión, con capítulos con títulos muy sugerentes como “El lío en el que estamos metidos”, “El siglo de oro del animal humano”, “¿Qué tantos somos tantitos?”, “‘Quesque’ el mundo de va a acabar”, “Barbas a remojar”, entre otros.

Sin duda alguna, El mundo finito… es un texto recomendable para todo público, pero sobre todo para los jóvenes, pues los pone en alerta sobre un tema, que muy probablemente les toque manejar en un futuro no muy lejano. (Luis E. Gómez)