De botellas a medicina: bacterias transforman plástico en paracetamol
El paracetamol, conocido como acetominofén, es uno de los medicamentos más utilizados para tratar el dolor y la fiebre. Se ha comercializado globalmente desde 1950 y su valor en el mercado sobrepasa los 700 millones de dólares anuales.
Tradicionalmente, su producción depende de compuestos derivados del petróleo. Se han explorado alternativas como el uso de álamos, sin embargo, la producción tiene menor eficiencia y se requiere la tala periódica de estos árboles.
Por otra parte, Escherichia coli es una bacteria que habita de manera natural en nuestro tracto gastrointestinal. La mayoría de las cepas son inofensivas, pero algunas pueden causar enfermedades graves; sin embargo, su uso ha resultado en beneficios para las personas. Esta bacteria es de los microorganismos más utilizados en investigación, ha permitido producir diversas hormonas: insulina, biocombustibles y bioplásticos, así como estudiar genes y la resistencia a antibióticos.
En un estudio que precisó combinar química y biología, un equipo en Reino Unido logró modificar genéticamente una cepa inofensiva de E. coli, al insertar un gen de un hongo y otro de una bacteria de suelo. Además, usaron tereftalato de polietileno, compuesto de las botellas de plástico, el cual degradaron para generar una molécula precursora. Después de incubar las bacterias en el PET degradado, lograron producir paracetamol con una eficiencia del 92%.
Esta investigación se centra en crear procesos más sostenibles para fabricar medicamentos mientras se resuelve una de las mayores problemáticas ambientales actuales: el exceso de residuos plásticos que altera los ecosistemas acuáticos y terrestres, y pone en riesgo la salud de todos los seres vivos.
Aleydis Anahí Franco de Anda

