Pensamiento crítico en alumnos de bachillerato. Consejos para el docente de historia de México

JORGE ALEJANDRO TREJO ALARCÓN*
HTTPS://ORCID.ORG/0000-0001-6971-9214

CIENCIA UANL / AÑO 26, No.117, enero-febrero 2023

Descargar PDF

El siguiente artículo tiene como objetivo principal proporcionar al docente de Historia de México cinco métodos para desarrollar pensamiento crítico en alumnos de bachillerato en el sector privado. En primer lugar se proporcionan tres definiciones acerca de éste, después se menciona la relación entre el concepto y la asignatura, se muestra la diferencia entre estrategia y recurso didáctico y para finalizar se proponen cinco tácticas para generarlo desde el aula.

DEFINICIONES SOBRE PENSAMIENTO CRÍTICO

Históricamente, la realidad social, política, económica, cultural y geográfica se encuentra en constante transformación; ante ello, la manera de preparar al alumno que egresa del bachillerato debe llevarlo a analizar y proponer alternativas de mejoras dentro de su contexto inmediato.

Tomando en cuenta los motivos mencionados, promover el razonamiento crítico desde el aula se vuelve transcendental en la formación académica del educando.

Siguiendo estos antecedentes y las distintas reformas educativas implementadas en México, las cuales han propuesto formar estudiantes con técnicas basadas en el enfoque por competencias, en particular para alcanzar dicha aptitud.

Asimismo, se ha planteado una forma distinta de enseñar que no esté basada en la memorización, como era en años anteriores; en definitiva, hacer uso de metodologías que lleven al alumno al reflexionar de manera crítica sobre su entorno, por ejemplo, aprendizaje situado, basado en problemas, basado en proyectos y el aula invertida; de modo que se logre una instrucción significativa que sea útil para enfrentar y solucionar las distintas adversidades que surgen en su círculo inmediato.

Con respecto al núcleo de este artículo, es necesario mencionar distintas definiciones acerca de él por dos motivos. El primero porque este trabajo tiene como objetivo principal el desarrollo de éste a partir de diferentes estrategias didácticas a implementar durante la sesión de clase y el segundo para contextualizar al lector sobre el concepto.

Uno de los pioneros fue Robert Ennis, quien lo define como “un pensamiento razonado y reflexivo formado tanto de habilidades (vertiente cognitiva) como de disposiciones (vertiente afectiva) que se centra en decidir qué creer o qué hacer” (Ennis, 2020:12), postura que hace énfasis en dos aspectos primordiales para el desarrollo del alumno, la primera centrada en el cómo se procesan y adquieren los contenidos establecidos por los planes y programas, y la segunda relacionada con los diferentes aspectos biológicos y sociales que se enfrentan durante el desarrollo.

En Pensamiento crítico y creatividad en el aula, López señala que “es, entonces, el pensamiento ordenado y claro que lleva al conocimiento de la realidad” (López, 2013:51), tal definición lleva a cuestionar la práctica educativa, en particular sobre los procedimientos de enseñanza-aprendizaje que se han utilizado o utilizan frente a grupo.

Por último, Alberto Saladino (2015) lo establece como:

Todo planteamiento intelectual producto de análisis, interpretaciones y problematizaciones racionales acerca de las manifestaciones de la realidad, sus fenómenos, situaciones e ideas, para generar cuestionamientos, juicios y propuestas orientadas a la promoción de cambios y transformaciones en beneficio de la humanidad.

Estas teorías coindicen en tres aspectos: el análisis, la reflexión y el cambio social, los cuales podemos contemplar como logros que serán esenciales para enfrentar la vida cotidiana. Es por ello que, como profesores, se debe tomar como base el conocimiento del alumno (experiencias previas, aptitudes, intereses y aspiraciones), ya que será el punto de partida para diseñar modalidades que lo logren.

Sin embargo, se deben tomar en cuenta las limitantes que puede haber antes y durante el proceso de creación y aplicación. Dicho en otras palabras, identificar los recursos con los que cuentan las instituciones, los instructores y, lo más importante, el alumno.

EL PENSAMIENTO CRÍTICO Y SU IMPORTANCIA EN LA ASIGNATURA DE HISTORIA DE MÉXICO

Para comenzar es necesario determinar la importancia de la historia en el desarrollo del educando, pues es de sobra conocido que para muchos es aburrida o parece no servir para nada, la última opinión guarda relación directa con el elemento central del escrito.

Partiendo de la idea de que “es una forma de ampliar la conciencia personal y social, y a través de este ejercicio de saber es posible realizar las pequeñas transformaciones desde las cuales sea posible la plenitud” (Arias y Simarro, 2004:20), ante la perspectiva del autor, la enseñanza de la historia se vuelve fundamental para buscar cambiar la realidad política, económica y social en la que estamos inmersos. En definitiva, la historia “puede ofrecer al alumno herramientas para comprender con mayor claridad la realidad que vive” (Arias y Simarro, 2004:20).

Todo lo planteado hasta ahora pone de manifiesto la relevancia de esta materia dentro del plan de estudios de bachillerato, pues su objetivo es “desarrollar la conciencia de ser un sujeto histórico partícipe de la construcción de su realidad, además de dotarlo de conocimientos relevantes y pertinentes sobre el devenir histórico de nuestro país” (Dirección General de Bachillerato, 2018:6).

Es por eso que se vuelve obligatorio buscar e implementar métodos y materiales de enseñanza que favorezcan la reflexión, de tal manera que se logre una formación significativa y se cumpla el objetivo de la asignatura.

¿CÓMO FOMENTAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO?

El siguiente apartado está centrado en hacer una diferencia entre estrategia de enseñanza y los medios que se necesitan para llevarla a cabo. La primera se describe como los “procedimientos y recursos que utiliza el docente para promover aprendizajes significativos, facilitando intencionalmente un procesamiento del contenido nuevo de manera más profunda y consciente” (Díaz, 1998:19), en otras palabras, es la manera en que el profesor buscará favorecer la instrucción de los estudiantes por medio de actividades que hagan que éste sea significativo.

Acerca de los segundos, se establecen como “aquellos materiales, medios didácticos, soportes físicos, actividades, etc., que van a proporcionar al formador ayuda para desarrollar su actuación en el aula” (Moya, 2010:1); se entiende que son los elementos que se emplearán para realizar las distintas técnicas que se tienen planeadas.

Ahora es clara la diferencia entre estos conceptos primordiales para generar en el alumno un razonamiento crítico que le ayude a crear y proponer alternativas de solución para enfrentar los problemas que se le presenten en su contexto inmediato.

Como alternativa para forjarlo se proponen cinco enfoques didácticos acompañados de los instrumentos para su desarrollo, contenidos con los que se pueden trabajar productos finales y herramientas de evaluación (tabla I).

A continuación se muestran los cinco procedimientos que nacieron a partir de las necesidades educativas que se encontraron en un grupo de tercer semestre del Colegio Real Victoria de Veracruz, luego del diagnóstico usado para recabar información. Puede agregarse que se encontraron cuatro problemas en la población, el primero relacionado con la creatividad, el segundo con el manejo no académico de las tecnologías de la información, el tercero acerca del miedo constante de hablar ante el público externo y por último con la poca-nula argumentación en sus respuestas.

En cuanto a la aplicación, se pueden rescatar cuatro aspectos que se vuelven significativos para alcanzar el objetivo de éstas: el proceso de investigación para la construcción de argumentos, grado de dificultada de la actividad, que los temas a discutir o ejemplificar sean cercanos al contexto sociocultural del estudiante y, para finalizar, los ambientes pedagógicos basados en un clima de respeto y tolerancia ante sí y el otro.

CONCLUSIÓN

Tras el análisis, podemos deducir que diversificar estrategias de enseñanza favorece de manera considerable el rendimiento académico, ayuda a lograr los objetivos de clase y las competencias que se esperan del alumno de bachillerato, además de generar curiosidad sobre la clase y los contenidos que se trabajarán durante la sesión. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta la dificultad de la actividad y el contexto del estudiante, ya que si es muy fácil puede causar aburrimiento.

Es importante mencionar que se recomienda aplicar un diagnóstico al inicio de clases y que no sólo sea académico, pues con ello se pueden conocer los canales lectivos, los recursos materiales e inmateriales con los que cuenta el alumno y el ambiente familiar y social en el que se desenvuelve. Tres elementos de mucha ayuda para diseñar, aplicar y dirigir las estrategias didácticas.

Otros aspectos que se deben rescatar a la hora de implementarlas son las preguntas dirigidas, fuentes de consulta y los ambientes de aprendizaje, gracias a ello se favorece la competencia del uso de la información histórica y de lo anterior resulta un alumno que construye argumentos, crea ideas de solución y alternativas de cambio, estos tres resultados a través de un razonamiento lógico.

*Universidad Jean Piaget, Veracruz, México.
Contacto: jorge.trejo.alarco@gmail.com

REFERENCIAS

Alonso, A.T., y Campirán, A.F. (coord.) (2021). Pensamiento crítico en Iberoamérica. Teoría e intervención transdisciplinar. Editorial Torres Asociados.

Arias y Simarro, C. (2004). ¿Cómo enseñar la historia? Técnicas de apoyo para los profesores. México: Instituto tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.

Cohen, M. (2020). Pensamiento crítico para dummies. México: Ceac Ediciones.

Díaz, F. (1998). Una aportación a la didáctica de la historia. La enseñanza-aprendizaje de habilidades cognitivas en el bachillerato. Perfiles Educativos. 82:1-31. Disponible en: https://www.redalyc.org/ pdf/132/13208204.pdf

Dirección General de Bachillerato. (2018). Programa de Estudio Historia I [Archivo PDF]. . Disponible en: https://www.dgb.sep.gob.mx/informacion-academica/programas-de estudio/3erSEMESTRE/Historia%20de%20Mex%20I.pdf

Hinojosa, M.E., y Reyes, L.F. (2009). Pensamiento crítico, analítico, sintético, evaluativo. México: Trillas.

López, M. (2013). Pensamiento crítico y creatividad en el aula. México: Trillas.

López, B.S. (2013). Pensamiento crítico y creativo. México: Trillas.

Moya, M.A. (2010). Recursos didácticos en la enseñanza. Revista Digital Innovación y Experiencias Educativas. 26:1-9. Disponible en: https://archivos.csif.es/archivos/andalucia/ensenanza/revistas/csicsif/revista/pdf/Numero_26/ANTONIA_MARIA_MOYA_MARTINEZ.pdf

Priestley, M. (1996). Técnicas y estrategias del pensamiento crítico. México: Trillas.

Saladino, A. (2015). El desarrollo del pensamiento crítico. México: Centro de Investigaciones Sociales.

Vendrell, M., y Rodríguez, J.M. (2020). Pensamiento crítico: conceptualización y relevancia en el seno de la educación superior. Revista de la Educación Superior. 194(49):9-25. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/pdf/resu/v49n194/01852760-resu-49-194-9.pdf