EDITORIAL CIENCIA UANL 25-115

Vista del parque Lietzensee, para solaz y esparcimiento de la sociedad en Berlín, Alemania (imagen: Hugo Bernal).

CIENCIA UANL / AÑO 25, No.115, septiembre-octubre 2022

Hugo Bernal Barragán*

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Los recursos ambientales de cada ciudad, estado o nación, representan una parte importante de la riqueza que la sociedad tiene a su disposición para disfrutar en su esparcimiento, por tal motivo tenemos la responsabilidad de cuidarlos y mejorarlos para las generaciones futuras; cuando una sociedad cuida sus recursos naturales, se mejora sustancialmente su calidad de vida.

Afortunadamente, en nuestro entorno hay señales positivas para continuar con mayor fuerza las actividades educativas, de investigación y de grupos de trabajo, toda vez que lo más difícil de la pandemia COVID-19 parece haber pasado. Esto nos permite seguir con la búsqueda, en conjunto, de soluciones a las problemáticas que nos afectan como sociedad, pero también de nuevas actividades que provean satisfactores y desarrollo, además de mejorar la calidad de vida.

Al respecto, la revista Ciencia UANL presenta, en este número 115, una serie de aportaciones relacionadas con las Ciencias Naturales, que han sido preparadas por académicos y miembros de la comunidad universitaria de la UANL y de otras instituciones educativas, para compartirlas con una cantidad de lectores cada vez más amplia a nivel nacional e internacional. Los temas contenidos en este fascículo nos llaman la atención hacia problemáticas relacionadas con el ambiente, las cuales nos afectan y nos obligan a atenderlas para resolverlas; no obstante, también se aportan ideas que pretenden ser opciones para encontrar la forma de tener una mejor calidad de vida.

El mundo moderno requiere que seamos más proactivos y que nos acerquemos a personas con intereses comunes para unir ideas que nos lleven hacia adelante a nosotros y a nuestros hijos. Lo que presentamos en estas páginas contribuye a ese proceso de conjuntar voluntades y aportar ideas para nuestro bienestar. Por ejemplo, nos invita a conocer y reencontrarnos con superalimentos como el mezquite, que está a nuestra disposición desde tiempos ancestrales.

También podemos informarnos sobre aspectos que debemos atender para evitar invasiones biológicas indeseables debido al cambio climático, y fomentar así la sostenibilidad de nuestro medio. Se aborda, asimismo, el origen químico de la luminiscencia, en un artículo que nos ayudará a entender vivencias tan bonitas como las que cada vez podemos disfrutar menos, por ejemplo, cuando en el campo observamos a las luciérnagas.

En la sección Académica se presentan aspectos del trabajo que se está desarrollando para valorar, en su debida medida, los recursos naturales que tenemos en el noreste de México, los cuales, a través de su uso como alimento para ovinos y caprinos, generan diversos satisfactores, por ejemplo, un apetitoso platillo de cabrito o de borrego, o qué decir de los deliciosos dulces de leche de cabra típicos de esta región.

En las secciones que complementan esta edición, encontraremos aspectos adicionales e interesantes de cómo es que el trabajo desarrollado en las distintas instituciones académicas nos permite entender bien el muy rico y frágil entorno en el que vivimos, para que lo cuidemos y disfrutemos por más tiempo.

Que disfruten la lectura de este nuevo número de Ciencia UANL, siempre en proceso de mejora y, específicamente en este número, con la aportación de un nuevo diseño que acerca el valor del arte al de la ciencia para beneplácito nuestro.

 

*Universidad Autónoma de Nuevo León, General Escobedo, México.