La información viene del cielo
CIENCIA UANL / AÑO 20, No. 86 octubre-diciembre 2017
En nuestras clases de historia universal hemos aprendido que los humanos empezamos a cultivar la tierra hace unos 10,000 años, por lo que se puede decir que tenemos algo de experiencia en ese rubro. Sin embargo, las cuestiones medioambientales, sostenibilidad, cuotas, subvenciones y la burocracia dificultan más que nunca la tarea de los trabajadores del campo. No obstante, hay una buena noticia, los satélites ofrecen una solución a muchos de estos problemas, pero ¿cómo puede el agricultor aprovechar su potencial?
Pues bien, satélites como los de las misiones Sentinel de Copernicus o SMOS de la ESA, por ejemplo, así como el futuro Fluorescence Explorer (FLEX), proporcionan numerosa información sobre las condiciones de crecimiento y el estado de los cultivos que puede emplearse para mejorar la eficiencia agrícola.
Pero los datos satelitales no son más que el punto de partida: para que los agricultores realmente puedan aprovecharlos, se tienen que convertir en aplicaciones fáciles de usar. Como explica Ger Nieuwpoort, director de la Oficina Espacial de los Países Bajos (NSO): “La observación de la Tierra presenta un potencial de explotación muy superior al aprovechamiento actual. Por ejemplo, hay un vacío entre las organizaciones que desarrollan satélites extremadamente sofisticados y las personas que reciben las subvenciones en el campo”.
Las misiones Sentinel están revolucionando la forma en que los datos satelitales se utilizan con fines prácticos, como la agricultura. Sus observaciones no sólo son precias y sistemáticas, además son gratuitas.
Vistas las ventajas evidentes que la observación de la Tierra puede aportar a sectores como la agricultura, cada vez es mayor el número de empresas de ‘valor añadido’ que se están especializando en convertir datos satelitales en productos comerciales que los agricultores pueden utilizar.
Entre las ventajas de estos datos están las mediciones de humedad del suelo, imprescindibles para evaluar la disponibilidad del agua. Con esto se puede ofrecer asesoramiento a los agricultores sobre irrigación, advirtiéndoles de sequías o escasez de agua, y ayudándoles a mejorar sus predicciones de rendimiento de las cosechas.
Sin duda, los satélites son cada vez más importantes en nuestra vida diaria. Y gracias a un sector creciente en el mundo de la empresa y a los esfuerzos de las agencias espaciales, la era espacial está aportando cada vez más beneficios a una de las profesiones más antigua: la agricultura (fuente: ESA).