Orientaciones de meta, intensidad y dirección de ansiedad precompetitiva en deportistas universitarios

sportanxiety

JEANETTE LÓPEZ WALLE*, ANTONIO PINEDA ESPEJEL*

Un factor disposicional y potencial, que podría examinarse con relación a la capacidad de predecir las interpretaciones negativas o positivas de la ansiedad, lo constituyen las orientaciones de meta. (1)

Desde la Teoría de las metas de logro, (2) los individuos se implican en contextos de logro con la finalidad de demostrar competencia. Dicha competencia se interpretaría de modos diferentes en función de la orientación de meta personal. Estas orientaciones de meta se definen como las diferencias individuales en la forma de juzgar la competencia. (3) Consisten en una variable disposicional o intrínseca basada en las características personales que se fraguaron en las primeras experiencias de socialización del practicante.

Desde la concepción clásica, Nicholls propuso la existencia de dos orientaciones de meta: la primera, orientación a la tarea, en que la competencia se interpreta como mejora personal; la segunda, orientación al ego, en que la competencia se interpreta como una capacidad que se construye en función de los demás. (2) El mismo autor señaló que en un individuo orientado a la tarea su percepción subjetiva de éxito se experimenta a través de la mejora personal, al aprender algo nuevo o desafiante, o al emplear niveles altos de esfuerzo y evaluación autorreferenciada; para él, el fracaso no se entiende en términos de sentimientos personales de inadecuación o falta de competencia, sino como una falta de dominio y aprendizaje. En contraste, la persona orientada al ego aplica criterios normativos o comparativos (evaluación referenciada/externa), y los sentimientos de competencia se derivan de la demostración de una habilidad superior a la de los demás. En este caso, la mejora personal no es suficiente para crear un sentimiento de gran capacidad, (4) por lo que será necesario sobresalir entre los demás.

Dado que en una orientación a la tarea el deportista se compara consigo mismo y el objetivo asociado es el dominio de la tarea que se ejecuta, ello vendrá asociado con adquirir patrones cognitivos, afectivos y conductuales más adaptativos. (2) En tanto que en una orientación al ego, el hecho de que el sujeto se compare con los demás, y su objetivo sea la demostración de superior capacidad, crea situaciones que están fuera de su control y se acompañarán de conductas menos adaptativas.

La evidencia científica ha apoyado que la orientación a la tarea se relaciona con creer que el éxito deportivo se consigue a través del esfuerzo. (5,6) Asimismo, la implicación al ego se ha asociado con considerar que el deporte persigue como fin un mayor reconocimiento y estatus social. (7)

Otro ejemplo de patrón poco adaptativo sería la ansiedad precompetitiva. En este sentido, se ha identificado un número de variables de personalidad como antecedentes, o predictores de ansiedad estado-competitiva que incluyen las orientaciones de meta.

La ansiedad estado-competitiva se considera como un estado emocional inmediato, caracterizado por sentimientos de aprehensión y tensión, nerviosismo, preocupación, asociados a la elevación de la actividad del sistema nervioso, que se produce en situaciones de competencia. (8) Lo que sucede antes o en anticipación a la competencia se denomina ansiedad precompetitiva.

Ahora bien, la ansiedad es multidimensional en el sentido que se cree que posee componentes somáticos y cognitivos, (9) diferenciando entre intensidad y dirección de la ansiedad. (10-12)

La dimensión somática constituye el componente fisiológico y emocional de la ansiedad que se deriva directamente de la activación del organismo, (13) y consiste en una serie de síntomas corporales: aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración en manos, insomnio, entre otras; éstas se generan automáticamente frente a las exigencias de la competencia. (14) La dimensión cognitiva refiere al componente mental de la ansiedad causado por expectativas negativas, o escasa con- fianza en uno mismo y en sus capacidades. (13) Un tercer componente, denominado autoconfianza, refiere a la creencia individual de tener la capacidad para controlar el ambiente y a sí mismo. (15) Esta no es una medida directa de la ansiedad, pero su ausencia conlleva que el deportista experimente ansiedad cognitiva. (13)

Por otro lado, con base en el Modelo de control de Jones (16) acerca de la intensidad y dirección de los síntomas de ansiedad estado competitiva, se considera la intensidad de la ansiedad como la magnitud de los síntomas que produce, y a la dirección como la interpretación beneficiosa o debilitadora que hace el sujeto de esos síntomas en cuanto a su rendimiento futuro; (10) por ejemplo, en los deportes de conjunto en los que resulta imprescindible tomar decisiones rápidas y acertadas en décimas de segundo, la presencia de ansiedad pudiera verse no precisamente como perjudicial.

Ahora bien, la ansiedad, además de abordarse desde una visión multidimensional, es un fenómeno secuencial, es decir, resultado de una serie de antecedentes. Por ello, un considerable número de investigaciones ha examinado la naturaleza de la ansiedad precompetitiva, y cómo ésta se relaciona con variables cognitivas y motivacionales. Al respecto, las situaciones competitivas propias del deporte inevitablemente generan ansiedad y otras reacciones emocionales en sus participantes, por las creencias de éxito y fracaso. De ahí su relación con las orientaciones de meta.

Se parte de la hipótesis de que quienes se orientan al ego sufrirán la ansiedad, en función de si creen que pueden demostrar su competencia en situaciones de logro. (17)

Encontramos evidencia empírica en situaciones precompetitivas; por ejemplo, Newton y Duda simularon una situación de competencia con tenistas universitarios en la que obtuvieron que la orientación al ego se relacionó significativa y negativamente con la autoconfianza.18 Asimismo, Cervelló y Santos-Rosa revelaron que la orientación a la tarea en tenistas adolescentes se relaciona de forma negativa con la ansiedad somática. (19) Asimismo, Cervelló, Santos-Rosa, Jiménez, Nerea y García hallaron que la orientación al ego en tenistas adolescentes se mostró como predictor significativo y negativo de la ansiedad cognitiva. (20)

En otras modalidades deportivas, Hall, Kerr y Matthews apreciaron que las orientaciones ego y tarea no se relacionaron significativamente con la ansiedad un día antes de la competencia, esto con deportistas escolares y practicantes de carrera a campo traviesa; pero 30 minutos antes hubo relación negativa entre orientación a la tarea y ansiedad somática, y positiva entre orientación al ego y ansiedad cognitiva. (21) Ntoumanis y Biddle, en un estudio con deportistas estudiantiles y practicantes de deportes de conjunto, encontraron que la orientación al ego se relacionó con efectos facilitadores de la ansiedad sólo si se acompañaba de percepciones de alta autoconfianza. (22)

Finalmente, Vosloo, Ostrow y Watson, al trabajar con jóvenes nadadores, hallaron relaciones significativas entre la orientación al ego con la interpretación de ansiedad cognitiva e interpretación de ansiedad somática. (23)

Lo antes mencionado nos deja percibir que se ha investigado la relación e influencia entre las orientaciones de meta y las percepciones de las respuestas del estado de ansiedad precompetitiva. Sin embargo, empíricamente no se ha identificado de forma contundente el sentido positivo o negativo de las asociaciones entre variables. Por tanto, el objetivo del presente estudio fue identificar la influencia de las orientaciones de meta sobre las percepciones de las respuestas de la ansiedad precompetitiva en su intensidad y dirección con deportistas universitarios mexicanos.

MÉTODOS

Participantes

La muestra la integraron 487 deportistas que compitieron en la Universiada Nacional 2012, en Veracruz, México; de los cuales 316 fueron hombres y 171 mujeres. La edad osciló entre 17 y 27 años (M = 21.2; DT = 2.02), de diferentes modalidades deportivas (atletismo, baloncesto, futbol asociación, futbol rápido, gimnasia aeróbica, judo, voleibol de sala, entre otros). La antigüedad de entrenamiento fue de entre uno a cinco años (M = 2.76, DT = 1.5).

Instrumentos

Para medir las orientaciones de meta se utilizó el Cuestionario de orientación a la tarea y al ego en el deporte (TEOSQ (24,25)), en su adaptación al contexto mexicano, (26) que cuenta con una fiabilidad adecuada de a = .81 para el factor tarea, y a =.83 para el factor ego. El cuestionario consta de trece ítems. Este cuestionario evalúa las metas de logro mediante dos dimensiones: la orientación a la tarea (siete ítems, como “Me siento con más éxito en mi deporte cuando aprendo algo nuevo y me impulsa a practicar más”) y la orientación al ego (6 ítems como “Me siento con más éxito en mi deporte cuando soy el único que puede hacer los ejercicios en cuestión”). En las instrucciones se pide a los deportistas que piensen cuando se sienten con más éxito en la práctica de su deporte mediante la expresión: “Yo me siento con más éxito en mi deporte cuando…”. Las respuestas se recogen en escala tipo Likert de cinco puntos (1 “muy en desacuerdo” a 5 “muy de acuerdo”). Debido a la naturaleza ortogonal de las orientaciones de meta, los sujetos fueron clasificados como altos o bajos en la orientación al ego y a la tarea, tomando como referencia la media de las puntuaciones.

Para determinar la intensidad y direccionalidad de la ansiedad precompetitiva se aplicó el Inventario de ansiedad estado competitiva-2 Revisado (CSAI-2R (27,28)), que posee fiabilidades adecuadas en las tres escalas: a = .80 para ansiedad somática, a = .82 para ansiedad cognitiva, y a = .78 para autoconfianza. Consta de 17 ítems distribuidos en tres subescalas: ansiedad somática (por ejemplo, “Estoy muy inquieto”), ansiedad cognitiva (“Me preocupa no rendir en esta competencia tan bien como podría hacerlo”) y autoconfianza (“Estoy seguro de mí mismo”). La forma de responderlo se da mediante una escala tipo Likert de cuatro puntos (1 “nada” a 4 “mucho”). A ésta se le agregó una escala de direccionalidad desarrollada por Jones y Swain, (29) en la que se le pide al deportista que indique si percibe su respuesta a la intensidad como facilitadora o debilitadora de su rendimiento por venir. En ésta el deportista puntúa en una escala que va de –3 “muy perjudicial” a +3 “muy facilitadora”. Por lo tanto, la escala de dirección puede variar entre –21 y +21. La puntuación negativa denota un estado poco facilitador; la puntuación positiva, un estado facilitador, y la puntuación cero indica que la intensidad no tiene importancia para el rendimiento. La escala de autoconfianza suele poseer elevadas correlaciones entre la intensidad y la dirección de manera que puede interpretarse como el mismo estado. (11)

Procedimiento

Previo a la aplicación de los cuestionarios, se hicieron los contactos vía telemática con el comité organizador de la Universiada Nacional 2012, informándoles del propósito del estudio.

Con base en los hallazgos de Wiggins y Kais y Raudse pp, (30,31) se dispuso recolectar los datos dentro de las 23 horas precedentes a su competencia en las habitaciones donde se encontraban alojados los deportistas y en las instalaciones del área del comedor, de modo que respondieran en un ambiente calmado y tranquilo. La administración de los cuestionarios se llevó a cabo en presencia del investigador principal, con el fin de mencionar la forma de cumplimentar los instrumentos y responder a las dudas que pudieran surgir.

RESULTADOS

Descriptivos y fiabilidad

Los resultados descriptivos (tabla 1) nos muestran que los deportistas estudiados manifiestan una alta orientación a la tarea y moderada orientación al ego. Además, declaran moderada intensidad de los síntomas de ansiedad somática y cognitiva y elevada autoconfianza.

Los niveles moderados de las ansiedades se percibieron como debilitadores del rendimiento deportivo, contrariamente hubo una tendencia a percibir los altos niveles de autoconfianza como facilitadores.

Por su parte, la consistencia interna de los instrumentos se testó con el alfa de Cronbach. Los datos de fiabilidad de las escalas fueron aceptables (a > .78), al considerar el criterio de .70 determinado para las escalas del dominio psicológico. (32)

tabla1valoresdescriptivosyfiabilidad

Estructura factorial confirmatoria del TEOSQ y CSAI- 2R con escala de direccionalidad

Con el análisis factorial confirmatorio (CFA), realizado en el software LISREL 8.54, se examinó la estructura factorial del TEOSQ y del CSAI-2R con escala de direccionalidad. Los parámetros del modelo original se estimaron mediante el criterio de máxima verosimilitud. (33,34) Además del chi-cuadrado (c2), se han considerado de manera complementaria otros índices como el de ajuste no normativo (NNFI), el de ajuste comparativo (CFI) y la raíz del promedio del error de aproximación (RMSEA). En el caso del NNFI y del CFI, se consideran valores aceptables por encima de .90. Para la RMSEA, se consideran aceptables valores entre .05 y .10 (ideal igual o inferior a .08).35 Los parámetros estimados se consideran significativos cuando el valor asociado al valor t es superior a 1.96 (p < .05).

De este modo, la estructura factorial del TEOSQ fue satisfactoria: c2 / gl = 2.24; RMSEA = .054; NNFI = .98; CFI = .98. Mientras que la estructura del CSAI-2R fue aceptable: c2/ gl = 2.71; RMSEA = .063; NNFI = .97; CFI = .97. Este mismo inventario, para la dimensión dirección, mostró una estructura satisfactoria: c2 / gl = 2.02; RMSEA = .05; NNFI = .98; CFI = .98.

Modelos de ecuaciones estructurales

Los modelos de orientaciones disposicionales de meta (tarea y ego) y ansiedad (somática y cognitiva) y autoconfianza precompetitivas, en sus dimensiones de intensidad y dirección, se pusieron a prueba mediante ecuaciones estructurales con el método de máxima verosimilitud a partir de variables observadas.

Los índices de ajuste del modelo orientaciones de meta y ansiedad y autoconfianza precompetitiva en su dimensión intensidad fueron satisfactorios: c2 / gl = 1.92; RMSEA = .05; NNFI = .97; CFI = .97. Los parámetros de la solución estan- darizada del modelo se representan en la figura 1. Los datos obtenidos mostraron que la orientación a la tarea se asociaba positivamente con la intensidad de autoconfianza (ß = .38, p < .01), y negativamente con la ansiedad somática (ß = -.24, p < .01) y cognitiva (ß = -.17, p < .01). Por su parte, la orientación al ego se asoció positivamente con la ansiedad somática (ß = .17, p < .01) y cognitiva (ß= .18, p < .01); y negativamente, con la autoconfianza, aunque ésta no fue significativa. Los índices de ajuste del modelo orientaciones de meta y ansiedad y autoconfianza precompetitiva en su dimensión dirección fueron satisfactorios: c2 / gl = 1.84; RMSEA = .048; NNFI = .97; CFI = .98. Los parámetros de la solución estandarizada del modelo se representan en la figura 2. Los datos obtenidos mostraron que la orientación a la tarea se asociaba positivamente con la dirección de autoconfianza (ß = .48, p < .01); y negativamente, con la ansiedad somática (ß = -.28, p < .01) y cognitiva (ß = -.32, p < .01). Por su parte, la orientación al ego se asoció positivamente con la ansiedad somática (ß = .34, p < .01) y cognitiva (ß = .33, p < .01); y negativamente, con la dirección de autoconfianza (ß = -.16, p < .05).

fig1solucionestandarizada

DISCUSIÓN

Los resultados de este estudio dan soporte a lo apuntado por Roberts, (17) en cuanto a que los deportistas que mayormente definen el éxito en su deporte en términos autorreferidos (uno se compara con uno mismo), como sentirse competentes cuando aprenden, mejoran o dominan un ejercicio técnico deportivo, son menos propensos a que experimenten excesivo aumento de sudoración en manos, tensión muscular, pensamientos e imágenes negativas (21) antes de una competencia, que luego afecten negativamente al rendimiento en la misma. En tanto que quienes se definen exitosos en su deporte, sólo cuando ganan o demuestran que son superiores frente a los demás pueden ser más susceptibles a experimentar los síntomas de ansiedad cognitiva en competencias, dado que perciben que su éxito depende de otros, lo cual ya había sido apoyado por Hall et al. y Cervelló y Santos-Rosa. (21,19)

Asimismo, aporta nuevas evidencias sobre el comportamiento entre estas variables, ya que la orientación al ego no sólo hace a estos deportistas más susceptibles de experimentar ansiedad cognitiva, sino también ansiedad somática momentos previos a la competencia. Esto es, además de notar pensamientos e imágenes negativas sobre su actuación deportiva, también presentan aumento de síntomas fisiológicos como tensión muscular y sudoración en manos, que tienden a entorpecer las decisiones y acciones en competencia.

De modo que estos datos se añaden a la investigación efectuada en el campo de la ansiedad precompetitiva, demostrando que existe una serie de elementos personales relacionados con la aparición de la ansiedad previa en las competiciones, como lo apuntaron Martens et al. (36)

Así, cuando los deportistas definen su competencia o habilidad en función de la mejora personal se establecen relaciones positivas con altos niveles de la creencia de que son capaces de superar el reto de la competencia, así como bajos niveles de ansiedad previa a la competencia. Esto en concordancia con Ntoumanis y Biddle, puesto que una alta autoconfianza puede asociarse con bajos niveles de intensidad de la ansiedad. (22) Ello puede deberse a que los deportistas orientados a la tarea conciben tal ejecución de los ejercicios como un fin en sí mismo, y también a que la autoconfianza incrementa la percepción de habilidad y da posibilidad al deportista de controlar las emociones negativas de forma efectiva.

Contrariamente, si se define la competencia en función de la demostración de superior habilidad, ésta se relacionará con altos niveles de ansiedad cognitiva y somática, ya que cuanto mayor sea el grado de inseguridad, y la importancia concedida al resultado, mayor será la percepción de amenaza y, en consecuencia, la respuesta de la ansiedad (37) se observará en estos deportistas orientados al ego.

Se ha planteado la hipótesis de que quienes se orientan al ego sufrirán la ansiedad en función de si creen que pueden demostrar su competencia en situaciones de logro, (17) lo que en parte se sustenta en este estudio, puesto que una superior orientación al ego se relaciona con baja autoconfianza en las habilidades y, por ende, mayor ansiedad cognitiva y somática.

Por otro lado, las aproximaciones teóricas nos dicen que el incremento de la activación puede, en algunos deportistas, percibirse como benéfico y entonces potenciar el rendimiento deportivo, mientras que otros pueden interpretarlo como perjudicial o debilitador y afectar las cogniciones, debilitando el rendimiento. En este estudio se muestra que un factor disposicional para manifestar estas diferencias lo constituyen las orientaciones de meta.

En este sentido, definirse exitosos cuando aprenden o dominan un ejercicio, tiende a aumentar la autoconfianza, y evita que los síntomas de ansiedad se interpreten en una tendencia debilitadora. Cabe señalar que esta última situación puede verse favorecida por los altos niveles de autoconfianza y su percepción manifestada al ayudar a los sujetos a activar emociones positivas, a facilitar la concentración y a aumentar el esfuerzo. Asimismo, a quienes se definen exitosos bajo criterios normativos, tienden a interpretar la intensidad de los síntomas de ansiedad somática y cognitiva hacia una tendencia perjudicial para su rendimiento deportivo.

Hardy propuso que alta ansiedad somática no es necesariamente dañina para el rendimiento; antes bien, resulta necesaria, pero que se vuelve perjudicial sólo si se acompaña de alto nivel de ansiedad cognitiva. (40) En el presente trabajo, ambas ansiedades aumentaron cuando en los deportistas predominaba una orientación al ego.

En suma, los resultados concuerdan con lo planteado por Jones de que altos niveles de ansiedad cognitiva no siempre serían perjudiciales para el rendimiento, sino realmente lo mejorarían.15 Lo que constata que la intensidad de la ansiedad puede provocar efectos distintivos sobre el desempeño.39

De esta forma, los resultados apoyan la necesidad de evaluar la ansiedad, tanto en su dimensión de intensidad como de dirección, considerando que el componente direccional es una importante dimensión en la interpretación de los efectos de ansiedad sobre el rendimiento deportivo.

Esto nos deja constatar que, en definitiva, para la ansiedad precompetitiva cobra importancia el miedo al fracaso en el desempeño; por ende, las respuestas en ansiedad diferirán; y la diferencia de percepción individual e interpretación de la activación del cuerpo pueden atenuar las asociaciones entre aspectos somáticos de ansiedad y otras variables cognitivas como las orientaciones de meta.

La implicación práctica de este estudio radica en favorecer a que los deportistas se sientan exitosos en su deporte, a través del esfuerzo por aprender, mejorar y dominar los gestos motores técnicos; en lugar de definir el éxito a través de ganar y demostrar superioridad, ya que éste último conduce a emociones negativas de cara a la competencia, las cuales finalmente tienden a perjudicar el rendimiento.

Cabe señalar la necesidad de estudiar otros factores que pudieran afectar estas asociaciones, como la experiencia competitiva, el nivel de rendimiento o la importancia concedida al evento, puesto que se ha probado que los más experimentados presentan menos síntomas de ansiedad y percepciones más facilitadoras para el rendimiento. (41)

Finalmente, son necesarias mayores investigaciones sobre los antecedentes motivacionales de resultantes negativas y, en especial, de ansiedad precompetitiva.

CONCLUSIÓN

En términos generales, se apoyan a los planteamientos de Nicholls, en los que se defiende que las metas-tarea se asocian con respuestas más adaptativas, mientras que las metas-ego se relacionan con respuestas emocionales menos adaptativas.

RESUMEN

El objetivo del presente estudio fue identificar la influencia de las orientaciones de meta sobre las percepciones de las respuestas de la ansiedad precompetitiva y autoconfianza en su intensidad y dirección. Se administraron el TEOSQ y el CSAI-2R, con escala de dirección, a 487 deportistas universitarios. Los resultados mostraron que la orientación a la tarea se asoció positivamente con la autoconfianza, y negativamente con la intensidad y dirección de ansiedad somática y cognitiva. Asimismo, la orientación al ego se asoció positivamente con estas últimas. En conclusión, la orientación al ego conduce a estados emocionales más negativos en precompetición.

Palabras clave: Orientación ego, Orientación tarea, Ansiedad somática, Ansiedad cognitiva.

ABSTRACT

The aim of this study was to identify the influence of goal orientations on perceptions of the responses of pre-competitive anxiety intensity and direction in the sport. 487 varsity athletes participated, who answered the TEOSQ and the CSAI-2R with scale direction. The results showed that task orientation was positively associated with self-confidence, and negatively with the intensity and direction of cognitive and somatic anxiety; whereas ego orientation did positively with the latter. In conclusion ego orientation leads to more negative emotional states in pre-competitive moments.

Keywords: Ego orientation, Task orientation, Somatic anxiety, Cognitive anxiety.

Agradecimientos

Los autores agradecen al Conacyt (Redes Temáticas N° 251250), así como al Prodep (Redes Temáticas de Colaboración Académica 2001-2014) y al Paicyt (GC045-10), por facilitar la realización de la investigación.

* Universidad Autónoma de Nuevo León, FOD.

Contacto: bondarenko2@hotmail.com

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Recibido: 21/05/2015

Aceptado: 26/09/2015