Monterrey, 1882
ARMANDO V. FLORES SALAZAR*
CIENCIA UANL / AÑO 17, No. 67, MAYO-JUNIO 2014
La ciudad de Nuestra Señora de Monterrey experimentó una serie de transformaciones durante el siglo XIX, como reflejo y evidencia de la diversidad de acontecimientos históricos vividos. Inició el siglo como ciudad colonial habitada por seis mil habitantes; la lucha por su independencia nacional la reestructuró jurídicamente; la separación independentista del estado confederado de Texas del país incitará o animará a su posterior desmembramiento interterritorial –Villa de Santiago, Allende, San Pedro Garza García, Santa Catarina, etc.–. La invasión norteamericana le transfirió parte de sus prácticas culturales; la guerra fraticida de la Reforma volvió antagónicas a las autoridades civiles y las religiosas; la Invasión francesa debilitó la hasta entonces relación armónica entre el gobierno estatal y el federal; y con la llegada del ferrocarril, en 1882, inició en la entidad la seductora pluralidad cultural. La población alcanza los 64 mil habitantes al cierre del siglo. Cada uno de estos fenómenos quedó señalado en la arquitectura y el urbanismo de la ciudad como documentación histórica.
La ciudad religiosa de principios de siglo desaparece ante la ciudad militarizada de mediados, y ésta, a la vez, se desvanece ante la ciudad industrial en que se convierte en los últimos años de fin de siglo. En alto contraste, éstos son tres de los muchos rostros que presentó la ciudad durante el siglo decimonónico.
De los fenómenos anteriores, el más contundente y determinante para la ciudad actual aconteció en 1882: la llegada del ferrocarril, hecho que la abre tanto nacional como internacionalmente.
El historiador Isidro Vizcaya Canales es el primero en detectar la importancia de la segunda mitad del siglo XIX como determinante de la ciudad del siglo XX. Uno de sus primeros libros, Los orígenes de la industrialización de Monterrey (1867-1920), cuyo argumento central versa sobre el desarrollo económico e industrial de la ciudad en dicho periodo, de manera alternativa, también considera para cada subdivisión temporal del estudio aspectos generales de vida de la población: costumbres, diversiones, desarrollo urbano y acontecimientos trascendentes. Es indudable que de este primer libro surge la idea de otro posterior, pues en la página 42 expresa: “Probablemente no ha habido en la historia de Monterrey año más lleno de acontecimientos fundamentales para la vida de la ciudad que el año de 1882”.
Monterrey 1882, crónica de un año memorable es parte de los últimos libros escritos por Isidro Vizcaya Canales (1917-2005), en sus cuatro décadas de destacada producción sobre temas de historia regional. El autor consideró que 1882 fue un año memorable por la llegada del ferrocarril a Monterrey, además del inicio del servicio de tranvías urbanos, la instalación en la ciudad de la luz producida por electricidad, el servicio telefónico complementando el telegráfico ya existente, y todo en conjunto coadyuvantes de un nuevo perfil urbano que trastocará la vida cotidiana. Al igual que en el primer libro, el propósito de éste también fue recrear “las condiciones de vida de una ciudad de provincia mexicana a fines del siglo pasado”.
Adentrémonos al texto para viajar en el tiempo a esa ciudad germen del Monterrey de hoy.
Tres días después de haberse iniciado el año de 1882, el gobernador del estado anunciaba que tenía el propósito de establecer una biblioteca pública, la primera que habría en Monterrey (p. 3)… En un censo fechado el 31 de diciembre de 1881, Monterrey tenía 41,145 habitantes … San Pedro tenía 1,599 vecinos y, a fines de 1882, se separó para constituir un nuevo municipio con el nombre de Garza García … El área propiamente urbana se extendía unas diez cuadras de sur a norte hasta la calle de Aramberri, y como quince cuadras de oriente a poniente hasta el templo de la Purísima …Desde hacía casi dos décadas, los terrenos que se extendían como un kilómetro al norte, llamado Repueble del Norte, aparecían en los planos como urbanizados y sus calles perfectamente alineadas … En realidad, muy poca gente vivía en estos repuebles y las calles no existían (p.4) … Las constantes quejas sobre el estado de las banquetas determinaron que el Ayuntamiento ordenara que los propietarios tenían un mes para repararlas o construirlas donde no existieran (p.8) …Varios de los locales del primer piso de la Presidencia Municipal se encontraban rentados a particulares. Uno de ellos lo ocupaba Albino Sarabia, profesor de música y afinador de pianos (p. 10)… Los extranjeros que residían en Monterrey no llegaba ni a 1% de la población total, pero su presencia era muy visible, por figurar alguno de ellos entre los principales empresarios de la región (p. 15)… ya había en Monterrey delegados de varios países: don Valentín Rivero había recibido el exequatur como cónsul de España. Otón Degetau era el cónsul de Alemania, Reinaldo Berardi actuaba como agente consular de Italia, Rodolfo Dressel era vicecónsul y don Juan Weber el cónsul de Estados Unidos (p. 16)… Los teléfonos instalados comunicaban la casa del general Treviño, comandante de la División del Norte, con las distintas dependencias militares que había en la ciudad (p. 20)… la ciudad contaba con diez escuelas primarias públicas, cinco para varones y otras tantas para mujeres. Ninguna de ellas tenía nombre y sólo se les designaba por número… todas ocupaban casas rentadas (p. 29)… Además de las escuelas públicas, existían doce escuelas particulares de niños y dieciséis de niñas (p. 30)… Los centros educativos de un nivel superior eran: el Colegio Civil y las escuelas de Medicina, Jurisprudencia y Normal de Profesores (p. 31)… El Colegio Civil tenía un plan de estudios que abarcaba siete años y estudiaban en esa institución 116 alumnos (p. 32)… Según los informes presentados por el cabildo eclesiástico al Ayuntamiento de Monterrey, los templos que existían en el municipio eran: la Catedral, San Francisco, la Purísima y el Roble… también existían las capillas. Había algunas que pertenecían a ciertas instituciones, como la del Hospital Civil, la del Seminario y la del Colegio de Niñas. Otras se encontraban diseminadas por distintos rumbos de la ciudad… A principios de 1882, había un templo presbiteriano en la esquina sureste de las calles de Puebla (Emilio Carranza) y Matamoros. Éste contaba con un ministro y 89 adeptos. Los bautistas no tenían templo y a pesar de disponer de dos ministros, solamente tenían 34 seguidores (p. 34) … El ayuntamiento acordó dar ocho pesos mensuales al preso Inés Tijerina para que se encargara de dirigir la reparación del empedrado de la ciudad y otras obras públicas (p. 37) … “La Leona” y “La Fama”, industrias textiles que tenían ya años de operar, fueron liberadas de impuestos por cinco años (p. 38) … También había en Monterrey tres molinos de trigo: el de “Jesús María”, cuyo propietario era Bernardino García, propietario también de un aserradero de madera y de otro taller en donde se cortaba mármol … Lorenzo González anunciaba el establecimiento de una nueva fábrica de hielo más eficiente que las que habían existido hasta entonces. El producto se elaboraría con agua pura de un ojo de agua especial, el cual estaba cercado y perfectamente limpio (p. 39) … los que estuvieron trabajando en las obras de la Plaza Zaragoza recibían los siguiente salarios: al maestro albañil, aportando los útiles para su cuadrilla, se le pagaba $1,25 diarios, al oficial de cuchara $0.78 ¾, al oficial de media cuchara $0.50 y al mozo de mano $0.43 (p. 43) … El señor Jules A. Randle estaba esperando recibir de un momento a otro los aparatos para iluminar con luz eléctrica la Plaza de Zaragoza durante los festejos del 15 y 16 de septiembre … Por estos días también se iniciaron los trabajos del ferrocarril urbano …El día 31, el alcalde de General Escobedo comunicaba que dos cocineros negros del campamento de los trabajadores del ferrocarril habían reñi do y uno de ellos estaba gravemente herido. Ese mismo día el ferrocarril llegaba a Monterrey. La nota del Periódico Oficial decía sobre este acontecimiento: “A las seis de la tarde del último día de agosto llegaron los trabajos del ferrocarril al lugar donde debe establecerse la estación de esta ciudad. Multitud de personas a pie, a caballo y en carruajes, acudieron a presenciar este acontecimiento que esperamos sea de gran provecho para Monterrey” (p. 46) … En un baile celebrado la noche del 18 de septiembre en el Teatro del Progreso, se utilizó por primera vez la luz eléctrica para iluminar el local (p. 48) … Por estos días se presentaron dos presupuestos para terminar la parte sur del Palacio Municipal: uno de Jesús Aldape por $3,760.00, y otro de Pablo Salazar por $3,900.00 … Con motivo de haberse establecido la estación del Ferrocarril Nacional, se empezaron a poblar las tierras que quedaban entre el Repueble del Norte y la Hacienda de los Tijerina (p. 49) … en el mes de octubre entraron a Monterrey poco más de diez mil cargas de artículos muy variados (p. 53) … A principios de noviembre se anunció que acababan de llegar a la ciudad “Las tres maravillas del siglo XIX”: El Alivio del Mundo, para curar cualquier dolencia; Las Gotas de la Belleza, para eliminar espinillas y manchas de la piel, y la Vida del Pelo, para el pelo sano y abundante (p. 57) … un conocido restaurante frente a la Plaza Zaragoza anunciaba que había recibido ostiones y pescado de mar desde Corpus Christi, artículos que se podían adquirir “a precios muy módicos” (p. 58) … El miércoles 27, Ángela Peralta inició sus representaciones en el Teatro del Progreso con la ópera Ernani de Giuseppe Verdi y dos días después puso Traviata … Al finalizar el año de 1882, el Ayuntamiento informaba que se había mejorado el alumbrado público de la ciudad … También se enumeraban las obras realizadas durante el año: Se terminó un puente y dos estaban a medio construir. En los arreglos del parián se habían gastado $3,977.82 y en la fachada sur del Palacio Municipal $4,258.00. Se empedraron algunas calles y hubo algunas mejoras a la Plaza de Zaragoza (p. 62) … Todo cambio, por más favorable que sea, produce algunos efectos negativos y la llegada del ferrocarril a cualquier lado tuvo una secuela desfavorable … el ferrocarril agudizó ciertas tendencias desfavorables que ya existían, como era el abastecerse en la Zona Libre de Tamaulipas … De hecho, esta situación va a hacer que una crisis económica que fue de carácter nacional sea más grave en Monterrey … Este periodo crítico no duró más que tres años, al cabo del cual resurgió la ciudad con un vigor renovado, iniciándose poco después la industrialización a gran escala (p. 63).
A manera de conclusión
Si bien el inicio de la industrialización de la ciudad se marca con el establecimiento de la industria textil a mediados del siglo, con la llegada del ferrocarril se acelera el fenómeno, lo que permite su consolidación con las industrias metalúrgicas en los años finales del mismo. Con el ferrocarril, la ciudad se vuelve atractiva para nuevos usuarios, especializados, de alto nivel profesional en un amplio rango que va desde el técnico metalúrgico hasta cantantes de ópera. Urbanísticamente, la ciudad le dará la bienvenida a los trazos diagonales preestablecidos por las vías férreas y los postes, elevando el tendido de cables conductores de electricidad; y arquitectónicamente los sistemas constructivos con base en tecnologías de tierra serán paulatinamente sustituidos por materiales industrializados: el cemento, el fierro, el vidrio, los bloques de arena-cemento, mosaicos y una amplia diversidad de productos de barro cocido. Tipológicamente, se perfeccionan los edificios teatrales y de hotelería y se le da la bienvenida a novedades edilicias como bancos, restaurantes, talleres industriales y tiendas departamentales.
De toda la producción histórica de Isidro Vizcaya, ésta es la más lírica, y aunque determinada por el arnés de la crónica como género narrativo, es la más literaria por su evidente tono evocativo. La historia, así, es uno más de los referentes para el estudio y comprensión de la arquitectura.
* Universidad Autónoma de Nuevo León, F.A.
Contacto: armando.floress@uanl.mx
Referencias
1. Isidro Vizcaya Canales. Los orígenes de la industrialización de Monterrey (1867-1920). Librería Tecnológico, 2ª. ed., Monterrey, 1971.
2. Isidro Vizcaya Canales. Monterrey 1882, crónica de un año inolvidable. Banco del Atlántico, Monterrey, 1991.
ADENDA
Orígenes de una ciudad industrial
ADRIÁN GARZA DRAGUSTINOVIS
La historia de la arquitectura de la ciudad de Monterrey durante el siglo XIX ha sido una de las inquietudes del investigador Armando V. Flores Salazar. Una muestra de ello es un artículo publicado en la revista Cite de la Universidad de Rice.1 En dicho trabajo el devenir histórico-arquitectónico de la ciudad de Monterrey se divide en tres grandes fases: 1) la ciudad religiosa, 2) la ciudad militar y 3) la ciudad industrial. En cada una de las fases, la sociedad regiomontana dejó la huella de sus dinámicas culturales en la arquitectura de la ciudad.
Armando V. Flores Salazar partió de esta premisa para recopilar y analizar la información sobre la ciudad de Monterrey documentada en el libro Monterrey 1882: crónica de un año memorable, de Isidro Vizcaya Canales. Para Flores, el objetivo de revalorar la obra historiográfica de Vizcaya es destacar la cultura arquitectónica de Monterrey en 1882, como base para la formación de una ciudad industrial.
Para ambos autores, el acontecimiento que desembocó en la ciudad industrial es la llegada de la línea del Ferrocarril Nacional Mexicano, proveniente de Nuevo Laredo. De esta forma, Monterrey se conectó primero con los Estados Unidos a través de la frontera tamaulipeca y, posteriormente, con la Ciudad de México una vez construida toda la línea. El suceso se llevó a cabo el 31 de agosto de 1882, con la aparición de la primera locomotora al campamento de la estación. Este sitio se encontraba al final de la avenida Progreso (actual Pino Suárez y Colón), en donde poco tiempo después se construyó la estación Unión.
Es en esta área, al norte de la mancha urbana,donde se configuró la imagen de la ciudad industrial. El nacimiento de empresas como Compañía de Fundición de Fierro y Maquinaria de Monterrey (27 de noviembre de 1889), Fundición de Metales Nuevo León (6 de febrero de 1890), Gran Fundición Nacional Mexicana (18 de octubre de 1890) y Cervecería Cuauhtémoc (16 de noviembre de 1890), representó el surgimiento de sus primeros nodos industriales. En cada uno de ellos se colocó una línea férrea para enlazarse con la vía central del Ferrocarril Nacional Mexicano, necesaria para transportar los productos a otros lugares. Con base en los elementos arquitectónicos de la nueva estructura urbana, se elaboró un mapa de la ciudad industrial de Monterrey en 1890.
Imagine a los primeros pasajeros que descendieron al campamento del tren en 1882. El territorio que vieron alrededor de los tendidos férreos estaba aún despoblado, y ni siquiera se había construido una estación formalmente. Los pasajeros que bajaron en 1890 observaron una imagen distinta a la de 1882, pero basada en ésta. En menos de una década se organizó un espacio urbano nuevo en donde ferrocarriles, edificios de ladrillo, estructuras metálicas y chimeneas, constituyeron los principales objetos arquitectónicos del paisaje industrial regiomontano a finales del siglo XIX.
Referencias
1. Armando V. Flores Salazar, “Mapping change: Monterrey in three acts”, Cite, num. 52, fall 2001, pp. 18-19.