Fuerza de trabajo en las geociencias: extractivismo, remediación, regeneración y replicación

Igor Ishi Rubio-Cisneros*

CIENCIA UANL / AÑO 19, No. 82, NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2016

Este trabajo describe las vías que un geólogo, entre el siglo XX y XXI, puede adoptar para desempeñarse profesionalmente en la fuerza de trabajo del extractivismo, remediación, regeneración, replicación. También sirve para orientar vocacionalmente al estudiante de geociencias y pretende complementar la enseñanza del docente para situar la formación de este capital humano en su contexto histórico del Antropoceno.

¿Existe algún referente para orientar vocacionalmente al estudiante en geología para su desarrollo profesional? ¿Qué guía la fuerza de trabajo disponible en las geociencias? ¿Por qué hay variación entre los tipos de trabajos disponibles y su ocurrencia? ¿Existe alguna relación entre la fuerza de trabajo y la llegada de nuevos descubrimientos o decisiones geopolíticas? ¿Dónde se encuentran el estudiante y los graduados en geociencias de finales del siglo XX e inicios del XXI? (Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, 2009).

ANTROPOCENO

El Antropoceno formalmente no es un intervalo geológico aceptado por la International Commission on Stratigraphy, pero desde 2000 es un parámetro que nos ayuda a ubicar temporalmente la transformación forzada de los procesos naturales por el hombre (Crutzen y Stoermer, 2000). Esta marca informal representa el inicio de las fuerzas productivas del hombre y su diversificación en el planeta. El empoderamiento del humano a costa de la naturaleza puede ser la disconformidad basal e inicio del Antropoceno. El intervalo registra la expansión de tecnologías y el crecimiento demográfico, la mayor demanda en extracción de recursos naturales, los cambios en las condiciones naturales de la litósfera, biosfera y atmósfera incluidos los océanos (Monastersky, 2015).

Los actos antropogénicos afectan ciclos sedimentarios, propician una alta erosión, desprendimientos de rocas, superficies de inundaciones, derrames de sustancias, desertificación, extinciones de especies, incendios, alza de dióxido de carbono (CO2 ), cambio en redes de drenaje con baja retención de sedimentos y nutrientes, envenenamiento, sobreexplotación y abatimiento de acuíferos, inestabilidad de esfuerzos corticales por sismicidad inducida por el fracking o inyección de fluidos y contaminación de órbitas terrestres. De igual forma, se han diseminado partículas con consecuencias tóxicas desconocidas para la vida del planeta (Waters, 2014).

¿A qué fuerzas productivas puede incorporarse un egresado de ciencias de la Tierra y disciplinas afines? ¿Existen diferencias entre las fuerzas de trabajo para categorizarlas? ¿En dónde se desempeñan dichas actividades y qué servicios o bienes se obtienen de su práctica?

Generalmente, al estudiante de geología se le capacita en secuencia para explorar, explotar y extraer de fuentes naturales recursos renovables y no renovables, lograr su monitoreo y custodia para su procesamiento; sin embargo, poco se le ha instruido para restaurar, regenerar y replicar los sistemas naturales que nos dotan de bienes y servicios. A continuación se proponen cuatro escenarios que categorizan el trabajo del geólogo entre finales del siglo XX e inicios del XXI (figura 1). Se recomienda revisar las citas para una mejor comprensión de los métodos prácticos o técnicas en cada etapa.

Figura 1. Etapas de fuerzas productivas en las geociencias durante el Antropoceno.

EXTRACTIVISMO

El extractivismo es un modelo de actividades que exige una gran demanda de energía en megaproyectos para la sobreexplotación hídrica, minera, agrícola, petrolera y eólica, con antecedentes desde tiempos de la Colonia en América (Galeano, 1971). El modelo representa un desarrollo desmedido basado en la apropiación de la naturaleza y es ajeno a la velocidad restaurativa de la Tierra. Tales actividades nutren a las exportadoras y corporaciones, organismos clave en la economía nacional. El extractivismo tiene fuertes polémicas por su impacto económico, legitimidad del Estado, presión social y pasivos ambientales (Harvey, 2012). En el Antropoceno la etapa del extractivismo avanza conforme a la geografía del capitalismo y modelo neoliberal por su forma de producción acelerada con un rezago degenerativo desatendido (Toledo, 2016).

El extractivismo posiblemente inicia en el Antropoceno con el incremento de CO2 causado por la agricultura humana, la fundición de metales, la primera revolución industrial o la gran aceleración posterior a la Segunda Guerra Mundial (11,7 años, ¿Holoceno Temprano?; Smith y Zeeder, 2013). Estos indicadores reflejan una acumulación por desposesión en una supuesta naturaleza casi inagotable.

La fuerza de trabajo incluye al ingeniero petrolero, geólogo, minero e hidrogeólogo en proyectos industriales como mineras, termo e hidroeléctricas, pozos petroleros y de fracking, gasoductos, empresas eólicas, proyectos carreteros y habitacionales, trasvase y sobrexplotación del agua (Scott & Colin, 2002).

REMEDIACIÓN

La remediación es la serie de operaciones o tratamiento para alterar, remover, salvaguardar o estabilizar un agente irruptor del estado físico, químico o biológico de un espacio (Reddy y Adams, 2015). Su objetivo es restaurar las condiciones en las que se encontraba el sitio, preferentemente para proteger bienes materiales, identidad mercantil o condiciones humanas. La remediación sanea los errores de la industria y megaproyectos. La remediación busca la revalorización de la Tierra en la globalización de los servicios extractivos. El modelo fomenta una “economía verde” que busca refrescar un mercado en apuros, y en ocasiones por una supuesta sustentabilidad rentable.

Los proyectos de remediación tienden a ser interdisciplinarios en su método, pero en la práctica los estudios se desarticulan. La meta es mimetizar lo natural usando la bioingeniería y geoingeniería para recuperar hábitats naturales (Grupo ETC, 2010). El conjunto de disciplinas aporta un análisis histórico del uso de la tierra, atlas de riesgos y estudios o manifiestos de impacto ambiental (Cenapred). En ocasiones la remediación se encuentra con dilemas para explicar eventos inminentes, por lo que es importante el monitoreo y bases de datos para modelos predictivos tras una observación y medición constante.

La remediación en sistemas naturales se refleja en recuperación de suelos, control de erosión, acondicionamiento de ambientes de depósito, guía al contorno del paisaje, inserción y control de especies, modificación del clima, entre otros. En la remediación destacan los siguientes trabajos y aplicaciones prácticas por disciplinas: hidrología superficial para meandros inducidos, geología estructural para la estabilidad de taludes y terrazas, geohidrología para el monitoreo de contaminantes en aguas subterráneas y recarga de acuíferos, geología ambiental en contención de sustancias tóxicas con geomembranas, geología física a rellenos en restauración de costas, pedología para suelos contaminados, limnología de sedimentos lacustres con metales pesados, geoquímica para el tratamiento de residuos, geología del petrolero en captura y almacenamiento de CO2 en el subsuelo, meteorología y oceanografía para predecir la circulación de contaminantes en el sistema atmósfera-hidrósfera.

REGENERACIÓN

En principio la agricultura orgánica y la permacultura (o agricultura permanente) buscan una condición regenerativa del suelo para incrementar su fertilidad con biomasa, actividad biológica y remineralización (Darren y Jeeves, 2015). Sin embargo, la práctica de la regeneración atiende múltiples áreas disciplinarias para lograr minimizar disturbios a las condiciones de la biosfera, geósfera y atmósfera en áreas urbanas y rurales. El diseño de sistemas naturales ayuda a gestar los bienes para el autoconsumo en demanda, usando servicios medioambientales y sistemas productivos primarios (explotación forestal, pesca, minería y construcción).

A pesar de la crisis, otras actividades se construyen a contracorriente de las extractivas. La regeneración se aparta de la remediación y una administración estatizada, e integra proyectos locales para una gestión holística de territorios. El desprendimiento del Estado desplaza el concepto económicamente sustentable a lo sostenible (Pacheco, 2011). La regeneración propicia la reproducción social y del territorio gracias a la salud del sistema. El diseño es colectivo por el cambio del ser y accionar de la comunidad con las dialécticas naturales. Cada actividad de campo es una herramienta práctica para terraformar y hacer posible la vida en distintas condiciones medioambientales (por ejemplo, áridos o semiáridos), e iniciar la cosecha del agua, producción de alimento y energía.

El proceso regenerativo involucra prácticas ancestrales de trabajo de campo y nuevas tecnologías (earth-works), la cooperación entre familias, comunidades y el sector científico-tecnológico (Mang y Haggard, 2016). El modelo de servicios tiende hacia el socialismo, uso de nuevas fuentes de energía, secuestra carbono en el suelo y su biomasa (CO2 ) y opera la capacidad de carga ecológica. La coalescencia entre el productor y el consumidor dirigen cómo originar agua potable, alimentos sanos, energía limpia y vivienda digna en un ciclo de minerales con menos pérdidas y mejores rendimientos en salud.

La regeneración se aproxima a la gestión integral de la cuenca hidrológica y biológica, con la restauración de ríos o el diseño natural de canales. El agua de un territorio es cuestión de seguridad nacional y puede atenderse con la cosecha de agua. El diseño hidrológico aplica métodos como el serpenteado, meandros inducidos y Keyline o línea clave (Yeomans, 1954). Esta última fue desarrollada por un ingeniero en minas de Australia. Así la geología se incorpora a la gestión de los recursos y la regeneración de las fuentes de suministro.

Los trabajos y disciplinas prácticas son regeneración para suelos fértiles con geología médica, clasificación de suelos por la pedología, la restauración de fuentes de conducción, suministro y almacenamiento de agua superficial o subterránea mediante hidrología e hidrogeología, producción y almacenamiento de biogás, generación de sistemas naturales en ríos (riparios), costas (estuarios-mangles) y deltas con biogeografía, ambientes de depósito continentales y transicionales con sedimentología, restauración de zonas susceptibles a erosión en la interface tierra-agua con geomorfología, terrazas y estabilidad del terreno con geología estructural, contaminación atmosférica con meteorología, vados, bordos, presas, caminos y zanjas con ingeniería geológica, cartografía, estudios geotécnicos o geomecánicos y geografía en general.

REPLICACIÓN

La energía de libre disposición en el universo sustituye transicionalmente a las fuentes de energía extractivas por combustión (gas, petróleo, y minera), energías con tarifas por captura (solar, eólica, hidráulica) y de alto costo energético (biocombustibles). El conocimiento de la física del plasma dinámico en los últimos 20-25 años se basa en sistemas de producción de energía por la interacción del campo magnético y la gravedad que ocurre entre dos o más núcleos (Keshe, 2011a). El estado físico de la materia como lo conocemos es sometido al uso de nanomateriales y cambia a Gans (o gases en estado nano) para crear la condición física del plasma. La interacción entre la gravedad y el magnetismo de los materiales en estado nano y el plasma produce electricidad, luz, materia, minerales, agua, supresión de contaminantes o partículas nocivas (Keshe, 2011b; Bornholt, 2015). Así es como los cuerpos celestes mantienen su posición, ciclan materiales y permanecen en movimiento (Keshe, 2016). La tecnología Magrav aprovecha la gravedad y el magnetismo para armonizar con el flujo de la naturaleza y tiene posibilidades de resolver la crisis global de energía, mientras que prosperan ecosistemas sanos.

El modelo de replicación es discordante al extractivismo y remediación por abandonar una dependencia en energías, tecnologías y mercado, basada en relaciones de subordinación, división de trabajo entre multinacionales, banca y Estado. Una nueva era industrial está en camino, posiblemente la quinta revolución industrial (Gómez Urrutia, 2016). Por la forma abierta y libre de patentes en que se divulga la tecnología Magrav se acelera el proceso de integración de la sociedad a la educación y de transferencia de tecnologías usando métodos prácticos para la salud, materiales, condiciones medioambientales, comunicaciones y la reproducción del territorio. El significado de la vida comunitaria se hace presente. Replicar a la naturaleza supone un proceso racional más completo con principios éticos de salvaguarda para la vida sin fines de lucro, destructivos o bélicos.

Existen ejemplos de proyectos que operan bajo esta tutela física: descontaminación del agua y ahorro en el consumo de gas en el Distrito Federal y Monterrey, descontaminación radioactiva de Fukushima en Japón, y ahorro del consumo eléctrico y producción de minerales o materiales en estado nano por usuarios independientes (Ren et al., 2015; Liepa, 2016). El sistema Oasis propuesto por la Keshe Foundation (KF) usa tecnología Magrav para apoyar la vida humana durante emergencias a contingencias antropogénicas o catástrofes naturales.

La física del plasma da la oportunidad de reconformar la teoría y práctica de las ciencias de la Tierra con nuevas hipótesis e instrumentación para mediciones (por ejemplo, geofísica); redefinición de la geodinámica planetaria (tectónica); conocer las interfaces plasmáticas en el interior de la tierra mediante tomografías; saber qué es el petróleo (geología del petróleo); teoría de la vida (geobiología y paleontología); revisitar el ciclo del carbono, oxígeno, nitrógeno y del agua (pedología, geohidrología y geoclimatología); manufactura de minerales (mineralogía, gemología y petrofísica); atracción entre elementos (CO2 ) creación de materiales usando materia convencional, en estado nano y plasma sin explotar la Tierra (geoquímica y mecánica de materiales), y entender cómo operan los planetas (geología exoplanetaria).

CLAUSURA

En una época en lo que el hombre destruye la naturaleza existen cuatro escenarios que demuestran la evolución de las fuerzas productivas de las geociencias como parte esencial del Antropoceno. Cada etapa está definida por modelos de servicios soportados por tecnologías y capacidades humanas a las que un egresado puede incorporarse. Aunque no todas las etapas tienen como origen la geología, dependen del análisis terrestre. Las etapas incluyen trabajos que pueden representar una amenaza inminente al hombre y naturaleza, mientras otros replican sistemas naturales terrestres y reproducen la vida del hombre mediante diseños holísticos para habitar el planeta en cualquier medioambiente.

El registro geológico es susceptible a las actividades del hombre, y posiblemente ampare los contrastes o discordancias entre cada una de las fuerzas productivas. En el Antropoceno existe un primer límite entre el extractivismo y la remediación, y una segunda discordancia entre lo regenerativo y la réplica de sistemas naturales. Las etapas en su conjunto debieran mostrar en el registro geológico una paulatina disminución de contaminantes o desestabilizadores de los procesos naturales. El desarrollo de las fuerzas productivas genera un registro específico cultural de edad geológica, que resalta el estado productivo del humano en la Tierra.

Durante la regeneración y replicación sobresalen las minorías, los grupos académicos independientes, círculos de estudio, licencias open source y libertad de patentes; mientras que el extractivismo y la remediación son fijados a fondos e instituciones económicas o del Estado. Las actividades del geólogo se alejan de la desmesurada extracción mineral, quema de combustibles y emisiones, y pasan a mitigar altos índices de CO2 en la atmósfera y con menor gasto energético. ¿Cuántos conflictos ambientales existen en oposición al extractivismo y el fracaso de la remediación? Hasta el momento lo anterior no se puede cuestionar ante las actividades regenerativas o de replicación. Aunque el extractivismo está lejos aún de ser sustituido, existe mayor disposición y compromiso ciudadano para emprender una transformación de raíz global.

Paulatinamente las tareas del geólogo irán mayormente comprometidas con la seguridad de la vida y los recursos del planeta, pues cada etapa progresa con un menor impacto negativo a la naturaleza al menos después de 1000 años de explotación al planeta. ¿Por qué hay que demorar en transitar por cada una de las etapas de desarrollo si podemos optar por la de mayor avance sin menguar el planeta Tierra? Si tuviéramos que elegir algún trabajo como motor del desarrollo, la regeneración y replicación favorecen la sucesión de “proyectos de vida” que hoy se escenifican de manera notable en México y en buena parte del mundo.

* Grupo de Geología Exógeno y del Sedimientario y Permacultura México, A.C. Contacto: igor_rubio@yahoo.com

REFERENCIAS

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