Levaduras “come gasolina”, una alternativa para descontaminar ecosistemas

CIENCIA UANL / AÑO 19, No. 81, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2016

Sin duda alguna, todos hemos escuchado de barcos petroleros que por accidente derraman su contenido en las aguas del mar; o pipas de gasolina y diésel que vuelcan y contaminan ríos, arroyos o lagunas, pero poco hemos escuchado sobre la descontaminación de estos lugares. Al respecto, Nathalia Catalina Delgadillo, bióloga de la Universidad Nacional de Colombia (UN), constató la presencia de dos levaduras del género Rhodotorula (R. calyptogenae y R. dairenensis) en ambientes contaminados, particularmente en ductos y tanques de gasolina de automóviles. Este hallazgo es muy importante pues en la actualidad hay estudios sobre 150 géneros de bacterias que contienen especies capaces de crecer con hidrocarburos como único proveedor de carbono, elemento fundamental para la vida y energía, pero sólo unos pocos hongos (del género Penicilium) y levaduras (de los géneros Candida y Pichia) han sido estudiados en este sentido.

Para la obtención de la muestra, la bióloga frotó con copos de algodón estéril las paredes y los tubos del tanque de gasolina de tres automóviles. Una vez aislada en tubos de ensayo y conservada a 4°C, inició el proceso de comprobación, el cual constató que las levaduras encontradas, 17 en total, podían crecer en hidrocarburos aromáticos, reconocidos por sus olores intensos, normalmente agradables, y por su alta complejidad de degradación.

Los compuestos escogidos para probar estas levaduras fueron naftaleno, un sólido blanco producido naturalmente al quemar combustibles; fenantreno, presente en el humo del cigarrillo, y pireno, sustancia potencialmente carcinógena que contienen algunos alimentos.

Según la investigadora, aunque las levaduras no registraron un crecimiento similar a las utilizadas como controles, éste fue relevante, pues utilizan los hidrocarburos como nutrientes y fuentes de energía para su desarrollo, además generan enzimas útiles para que los hidrocarburos se fragmenten, es decir, transformen su estructura química, sean sustancias menos nocivas y permitan que otros microorganismos del medioambiente puedan degradarlas con facilidad.

Estrategias como esa serán de gran ayuda para la sostenibilidad ambiental, pues a diario escuchamos noticias de grandes desastres que poco a poco acaban con nuestras reservas naturales (fuente: UN/DICYT).