La saliva da energía
CIENCIA UANL / AÑO 20, No. 86 octubre-diciembre 2017
Casi todo el mundo, en algún momento, se ha quedado sin baterías para algún aparato en particular. Te imaginas cómo sería tener unas pilas a la mano que con sólo lamerlas (o bueno, no precisamente así) se carguen nuevamente. Pues unos científicos han desarrollado una batería que se activa a través de la saliva y que puede ser utilizada en condiciones extremas donde las baterías normales no funcionan.
Durante los últimos años, Seokheun Choi, de la Universidad de Binghamton, en Nueva York, Estados Unidos, se ha centrado en desarrollar microfuentes de energía para alimentar, en regiones con recursos limitados, biosensores de diagnóstico en puntos de atención sanitaria; por lo que ha creado varias baterías basadas en papel que se energizan a través de bacterias.
La microgeneración de energía bajo demanda se necesita especialmente para aplicaciones de diagnóstico médico en puntos de atención sanitaria de países en vías de desarrollo. Normalmente, esas aplicaciones precisan tan sólo una energía equivalente a varias decenas de microvatios durante varios minutos, por lo que las baterías comerciales u otras tecnologías de producción de energía resultan demasiado caras y suponen un problema medioambiental debido a la contaminación que provocan.
Choi y Maedeh Mohammadifar han creado una batería energizada por bacterias hecha de papel en buena parte y de alto rendimiento. Lo han conseguido construyendo celdas de combustible microbianas con células (biológicas) exoeléctricas inactivas y secadas por congelación, las cuales generan energía a los pocos minutos de añadir saliva. En las pruebas realizadas hasta el momento, la nueva batería ha logrado generar de manera fiable energía a partir de una gota de saliva, suministrando electricidad que podría ser usada en la próxima generación de plataformas de diagnóstico para puntos de atención sanitaria, desechables y hechas en buena parte de papel.
Estas baterías tienen ventajas competitivas sobre otras soluciones energéticas convencionales porque el fluido biológico para su activación bajo demanda se halla disponible (claro está) incluso en los lugares con menos recursos, y porque la tecnología de secado por congelación permite un almacenamiento a largo plazo de células sin degradación o desnaturalización (fuente: Advanced Materials Technologies).