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Vol. 27 Núm. 128 (2024): Vol. 27 Núm. 128 (2024): Septiembre-Octubre 2024
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En los últimos años, el término Buen vivir ha recibido mucha atención, particularmente desde las ciencias sociales. Uno de los debates principales gira en torno a si el mismo alude a una perspectiva teórico-filosófica, o más bien constituye una categoría de análisis, o un movimiento cultural indígena, entre otras opiniones.

Desde el pensamiento de(s)colonial, el Buen vivir alude a un horizonte de sentido, un planteamiento filosófico que reconoce y recupera de forma respetuosa y dialógica la episteme de comunidades andinas, entre los que destacan los kichwa/quechua, quienes refieren Sumak Kawsay (Buen vivir) respecto al logro de un equilibrio y armonía entre la comunidad, la naturaleza y los individuos, con un sostenido respeto por la “madre tierra” a la que es necesario proteger, con una motivación constante por mantener formas de vida caracterizadas por la solidaridad/reciprocidad y la sostenibilidad.

Por tanto, recupera las epistemes propias del sur, recuperando la sabiduría ancestral de los pueblos originarios de nuestra América Latina, particularmente en Bolivia y Ecuador, promoviendo desde la misma una cultura de vida, no de muerte, marcada por un extractivismo sostenido de recursos, especialmente los naturales, aquéllos que sostienen la vida en la región. De tal manera que se fomenta, para su logro, la complementariedad social y la colectividad al interior de nuestra sociedad, el trabajo colaborativo enfocado al bien común, en lugar de la competencia constante y el individualismo exacerbado derivado de la ideología hegemónica y dominante.

Este horizonte de sentido, derivado de las raíces indígenas, parte del respeto por el otro y los otros, reconociendo la diversidad que nos constituye, desde la cual se espera la defensa de los derechos en sus múltiples dimensiones, no sólo de la vida humana, sino de toda forma de vida y aquello que la sostiene (recursos naturales). Por ello, invita a ver el mundo, nuestra realidad social, desde otra perspectiva, que se caracteriza ante todo por ser incluyente, recuperando y respetando la pluralidad de voces involucradas en lo que nos es común, sus saberes, experiencias, formas de pensar, de ser y de sentir.

De ahí que sea señalado como un horizonte de sentido que se constituye en un sentipensar que coloca como centro “la vida” en sus múltiples formas y todo lo que la sostiene, invirtiendo la prioridad actual marcada por el sistema capitalista de priorizar la generación de riquezas y acumulación de capitales, sin importar el impacto sobre la vida. En el primero, la economía y la producción, sigue siendo un aspecto relevante, que no pierde su importancia, pero que no constituye el centro, la prioridad, aquello sobre lo cual gira la sociedad y la vida de las personas.

El Buen vivir, desde esa visión, constituye un cuestionamiento constante a las teorías desarrollistas que nos han sido impuestas y que reproducimos de manera permanente en nuestras prácticas sociales, económicas, políticas, culturales, desde las cuales se marca una sola forma de organizarnos, de crecer, de producir y constituirnos como sociedad, de buscar la modernidad, establecidas por formas jerárquicas y luchas de poder, con intereses contrapuestos. La propuesta es encontrar otras formas de organizarnos, producir, relacionarnos, sin poner en riesgo el equilibrio entre comunidades y naturaleza, asumiendo nuestro compromiso social, especialmente con las siguientes generaciones, mismo que se trastoca desde el consumo desmedido que presentamos las actuales generaciones y a partir del cual el impacto en nuestro planeta está siendo mayúsculo.

El Buen vivir constituye por tanto un posicionamiento epistémico, un horizonte de sentido que invita a constituirnos como sociedad que protege la vida, cuida de la naturaleza y fortalece el vínculo social, atendiendo nuestro compromiso presente y futuro, sensibilizándonos, humanizándonos, priorizando las necesidades colectivas y el bienestar de todos.

Blanca Mirthala Tamez-Valdez*                                                                                                                                                                    * Universidad Autónoma de Nuevo León, San Nicolás de los Garza, México.                                                                            Contacto: blanca.tamezvl@uanl.edu.mx

Publicado: 2024-11-01

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