NUEVE ESPECIE DE MARIPOSA

CIENCIA UANL / AÑO 22, No.97 septiembre-octubre 2019

Cuando la policía llegó al garaje de Memphis (Nicholas Cage), en la película 60 segundos, no encontró nada en los pizarrones, pero cuando pusieron una luz negra apareció la lista de las 50 “chicas” (cada auto tenía un nombre clave de mujer) que el equipo debía robar. Pues bien, algo parecido sucedió con un equipo de investigación del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) en Barcelona, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) (España), quienes han descubierto que la mariposa podalirio se divide en dos especies con machos muy distintos bajo la luz ultravioleta. Las mariposas hembra, capaces de ver más allá del visible, probablemente identifican y escogen a los machos de su especie con los que aparearse a partir de esta diferencia de color. La confusión taxonómica se debe a una transferencia genética entre ambas especies mediada por la bacteria Wolbachia, que habría infectado primero a la podalirio y transmitido en un cruce contenido genético a la otra especie –la mariposa chupaleches–. Estas dos especies podrían arrojar luz sobre cómo afectan las bacterias parásitas a la evolución de los insectos.

La mariposa chupaleches es uno de los insectos más grandes y bellos de Europa. A pesar de haber atraído la atención de científicos y entusiastas de la naturaleza durante siglos, la clasificación de esta mariposa ha sido siempre cuestionada, pudiendo ser una subespecie de la podalirio (Iphiclides podalirius) o bien una especie independiente (Iphiclides feisthamelii). Aunque se habían observado diferencias morfológicas sutiles entre ellas, los primeros análisis genéticos no habían revelado grandes diferencias. Ahora, un nuevo estudio liderado por Roger Vila, investigador del IBE (un centro mixto CSIC-UPF) en el Laboratorio de la Diversidad y Evolución de las Mariposas, ha confirmado que la mariposa chupaleches pertenece a una especie distinta a la podalirio.

El equipo de investigación observó diferencias en el tamaño y la morfología de los órganos reproductores de ambas mariposas, aunque la mayor diferencia la encontraron en las alas de los machos. Por medio de fotografía en el ultravioleta (UV), descubrieron que las alas masculinas de ambas especies reflejan la luz en esta zona del espectro de manera distinta (la mariposa chupaleches muy intensamente y la podalirio de forma residual). Esta diferencia resultó reveladora, puesto que no es detectable a simple vista para los humanos, pero sí para las mariposas, que pueden ver en esta zona del espectro no visible.

Esta capacidad de las mariposas para identificarse en el ultravioleta les permitiría también comunicarse entre ellas de forma “secreta”, esquivando posibles depredadores sin visión más allá del visible. “Estamos empezando a entender cómo las mariposas perciben el mundo y no dejan de sorprendernos sus superpoderes: ven más colores que nosotros, pueden detectar la luz polarizada y sentir el norte magnético, sin mencionar sus refinados sentidos químicos”, añade Vila (fuente: CSIC).