Conducción distraída, un problema creciente para la seguridad vial

Verónica Velasco Villacencio*

CIENCIA UANL / AÑO 20, No. 86 octubre-diciembre 2017

En el último reporte emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015) sobre la situación mundial de la seguridad vial, se observa que más de 1.25 millones de personas muere cada año en las carreteras del mundo, además de los millones de personas que resultan lesionadas de gravedad. Aun a pesar de que el número de muertes pareciera haberse estabilizado a partir de 2007; en el caso de los países con ingresos medios y bajos, este comportamiento no ha sido el mismo, ya que la problemática sigue creciendo (World Health Organization, 2015).

Esta epidemia se torna aún más grave cuando las estadísticas muestran que los accidentes viales son la primera causa de muerte en personas jóvenes en edad productiva, de entre 15 y 29 años de edad (World Health Organization, 2015; Andrada y Bertone, 2017). Aunado a las muertes y las lesiones causadas por los accidentes viales, existen otras dos problemáticas relacionadas con los vehículos automotores: la congestión del tránsito y las emisiones de los escapes de los autos, lo que indirectamente repercute en la disminución de la actividad física (caminar, andar en bicicleta, etcétera) (World Health Organization, 2015).

El panorama para México muestra que, en 2015, se registraron al menos 378,232 accidentes de tránsito en los que, en más de 90% de los casos, la causa fue un error humano. Esto considerando que los accidentes viales pueden ser causados por cuestiones inherentes al propio vehículo, al camino, humanas y otras. Siendo los accidentes la cuarta causa de mortalidad en la población general y la primera en el grupo de 15 a 24 años de edad. En ese mismo año, en el mismo rubro, se reportaron 106,718 personas heridas y 4,601 decesos (INEGI, 2016).

En el caso de Nuevo León (2015), se registraron al menos 86,110 accidentes de tránsito (22% del total nacional), siendo el estado que ocupa la primera posición con el número más alto de accidentes en los últimos años. Mientras que el número de personas heridas ascendió a 9,429, perdieron la vida 224. Sin embargo, en 2016 se registró un incremento en el número de muertos de alrededor de 20% con respecto a 2015, cabe señalar que los datos correspondientes a 2016 son considerados aún de manera preliminar (figura 1) (INEGI, 2016).

Figura 1. Panorama de accidentes de tránsito en Nuevo León, 2014-2016 (INEGI, 2016).

En la figura 2 se observa que de los 75,931 accidentes de tránsito reportados para Nuevo León en 2016, al menos 3,327 accidentes (4%) fueron ocasionados por otra causa, la cual no se especifica dentro de este informe.

Figura 2. Causas de accidentes de tránsito en Nuevo León, 2016 (INEGI, 2016).

Conducción distraída

Si bien conducir es una tarea compleja que requiere la ejecución de habilidades cognitivas, físicas, sensoriales y psicomotoras (Bp España, 2012), en la actualidad no es inusual observar cada vez con más frecuencia a conductores envueltos en otras actividades ajenas a la conducción.

Considerando que los accidentes viales pueden ser ocasionados por diversas causas, entre ellas cuestiones humanas, del propio vehículo, del camino, entre otros (CNS/Segob, 2015); dentro de los aspectos inherentes al individuo se encuentra la distracción del conductor, lo cual representa un problema creciente para la seguridad vial. De acuerdo con Regan (2007), la distracción ocurre cuando el conductor se involucra en una actividad secundaria que interfiere en el desempeño de la tarea principal que es la conducción. Este autor propone cuatro tipos de distracciones: visual (ocurre cuando el conductor mira un mapa u otro lugar que no sea la carretera), cognitiva (cuando el conductor aparta su mente de la carretera o escucha una conversación de pasajeros), física (cuando el conductor sostiene un dispositivo como un teléfono móvil en lugar de conducir con las dos manos, o bien cuando manipula la radio, consume alimentos, etcétera), auditiva (cuando los dispositivos de audio se ponen a alto volumen pueden enmascarar otros sonidos como sirenas de ambulancia, silbatos de tren, etcétera) (Regan, 2007).

Sin embargo, las distracciones también se pueden clasificar en internas (ocurren al interior del vehículo) y externas, las que ocurren hacia el exterior del vehículo, por ejemplo, mirar a la gente, los accidentes, los edificios, vallas publicitarias y otros anuncios ubicados al borde de la carretera (OMS, 2011). Algunas de las fuentes de distracción interna consisten en comer/beber, manipular el celular, la radio o los controles del clima, conversar con otros pasajeros, fumar, arreglarse, etcétera. Sin embargo, la mayor preocupación se enfoca en los aparatos portátiles, entre ellos los teléfonos celulares, los dispositivos de almacenamiento de música, sistemas de navegación no integrados (por ejemplo GPS), entre otros (OMS, 2011).

De las distracciones internas, una de las más estudiadas en países como Australia y Estados Unidos ha sido el uso de los teléfonos móviles durante la conducción, demostrando cómo el uso del teléfono perjudica la conducción, ya que provoca que el conductor no se mantenga en una posición correcta dentro de su carril, le impide mantener una velocidad apropiada, sus tiempos de reacción son más largos para detectar y responder a eventos inesperados, se reduce el campo visual funcional, no percibe lo que ocurre alrededor, tiene una reacción de frenado lenta, se incrementa el tiempo de reacción ante señales de tráfico, no se respetan los cruces o intersecciones, se cometen errores al ceder el paso a otro vehículo, se dan giros inapropiados e inesperados, se reduce la distancia de seguridad, se calcula de manera inapropiada el espacio necesario para incorporarse a la circulación de forma segura y, por ende, aumenta la participación en accidentes. Cabe resaltar que algunos de estos estudios se han efectuado con simuladores (Yannis et al., 2014; Kass, Cole y Stanny, 2007).

Por todo lo anterior, el teléfono móvil se ha convertido en un dispositivo que ha revolucionado el desarrollo y la innovación tecnológica, pues se ha convertido en una herramienta necesaria para la vida al permitir realizar diversas actividades como localizar información, monitorear correos, documentos, el manejo de las redes sociales, compartir fotos y videos, escribir mensajes y realizar llamadas, e incluso realizar transacciones y localizar lugares, todas esas características y utilidades del mismo, aunado al ritmo de vida de las personas, fomentan su uso, incluso de manera errónea durante la conducción (OMS, 2011).

Estudio sobre distractores en México

Al recopilar datos en materia de distractores en México, encontramos al menos dos investigaciones relacionadas con el tema, de las cuales una se enfocó en medir el uso del celular en conductores de vehículos en tres ciudades, reportando una resultado de 10.7%, y otro midió la frecuencia de uso del teléfono móvil entre motociclistas (Vera-López et al., 2012; Pérez-Núñez et al., 2014).

Por otro lado, es importante mencionar que a nivel nacional existe el Stconapra (Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes), una unidad administrativa de la Secretaría de Salud, quienes son los responsables de dirigir la política nacional en materia de prevención de lesiones ocasionadas por accidentes, y quienes han emitido algunas recomendaciones para evitar el uso del celular durante la conducción, las cuales consisten en no usar dispositivos de manos libres, colocar el celular fuera del alcance y en silencio mientras se conduce, si se va acompañado de un copiloto entregarle el teléfono celular para que se encargue de contestar llamadas y mensajes. O incluso, si es muy necesario realizar una llamada o mandar un mensaje de texto, orillarse y estacionarse. Asimismo, se pueden utilizar aplicaciones que detectan cuando el dispositivo está en movimiento y redirecciona las llamadas entrantes a un buzón de voz (Stconapra, 2017).

Análisis de la información

Como se pudo observar, los accidentes viales siguen cobrando muchas vidas y dejando lesionada a una gran cantidad de personas, y México no es la excepción. Lamentablemente, quienes resultan más afectados por este problema son los jóvenes en edad productiva, lo cual significa una carga económica para la persona, la familia y el sistema de salud, aunado al daño psicológico del suceso.

El avanzado desarrollo tecnológico en materia de comunicación ha permitido que dispositivos como el teléfono celular se conviertan cada día en accesorios de máxima necesidad para la vida, y que su uso incluso durante la conducción sea un hábito cada vez más observado, pero pobremente estudiado sobre todo en nuestro país.

Nuevo León es uno de los estados que contribuye con un buen número de accidentes a nivel nacional, como se pudo apreciar en la información recabada. Sin embargo, se observa que las estadísticas disponibles por parte del INEGI no arrojan las causas de los accidentes de manera tan específica como en el caso de la conducción distraída. Y los estudios que se reportan en la bibliografía se han enfocado en medir la prevalencia de uso del celular durante la conducción, mas no como una causa de accidentes viales, además de que fueron publicados en otro idioma.

Conclusión y recomendación

Conducir distraído es un problema poco abordado en nuestro país; sin embargo, no es ajeno a nuestra realidad, por tal motivo es necesario estudiar esta problemática también en Nuevo León.

Resulta difícil comprobar que un conductor que participa en un accidente automovilístico manejaba de forma distraída, independientemente de la acción secundaria que estuviera realizando. Por lo que, consecuentemente, las estadísticas relacionadas con las causas de accidentes viales no reflejan de manera específica la causa real inherente al conductor.

Es importante reconocer que es un problema complejo de abordar y medir, por tal motivo requerirá del diseño y aplicación de estudios específicos que permitan evidenciar el problema.

*Universidad Autónoma de Nuevo León

Contacto: veronica.velasco@uanl.mx

Referencias

Andrada, M., y Bertone, C. (2017). Análisis de las defunciones por accidentes de tránsito en los registros oficiales de La Rioja-Argentina. Periodo 2011-2013. Memorias del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud, 15(2), 6-13

Bp España. (2012). RACE y BP-CASTROL contra las distracciones al volante. Bp España. Disponible en: http://www.bp.com/es_es/spain/prensa/notas-de-prensa/2013/race-y-bp-castrol-contra-las-distracciones-al-volante.html

Comisión Nacional de Seguridad. Secretaría de Gobernación. (2015). Accidentes y sus factores. Distrito Federal. Disponible en http://www.cns.gob.mx/portalWebApp/appmanager/portal/desk?_nfpb=true&_pageLabel=portals_portal_page_m2p1p2&content_id=830068&folderNode=830052&folderNode1=810277

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2015). Accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas. Información de 1997 a 2016. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/registros/economicas/accidentes/descripciones.aspx#.

Kass, S.J., Cole, K.S., y Stanny, C.J. (2007). Effects of distraction and experience on situation awareness and simulated driving. Transp. Res. Part F Traffic Psychol. Behav. 10, 321-329.

Organización Mundial de la Salud. (2011). Uso del celular al volante: un problema creciente de distracción del conductor. Ginebra: OMS, pp. 1-52.

Pérez-Núñez, R., et al. (2014). The prevalence of mobile phone use among motorcyclists in three Mexican cities. Traffic injury prevention, 15(2), 148-150.

Regan, M. (2007). Driver distraction: Reflections on the past, present and future. In: I.J. Faulks, et al. (Eds.). Distracted driving. Sydney, NSW: Australasian Collegue of Road Safety. Pages 29-73.

Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (2017). Disponible en http://conapra.salud.gob.mx/Nosotros/Quienes_Somos.html

Vera-López, J. D., et al. (2012). Distracted driving: mobile phone use while driving in three Mexican cities. Injury prevention, injuryprev-2012. DOI: 10.1136/injuryprev-2012-040496.

World Health Organization. (2015). Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2015. Ginebra, Suiza: OMS, pp.1-340.

Yannis, G., et al. (2014). Impact of texting on young drivers’ behavior and safety on urban and rural roads through a simulation experiment. J. Safety Res. 49, 25-31.