Premio Nobel de medicina 2016

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Este año, el Premio Nobel de medicina se ha concedido al japonés Yoshinori Ohsumi (Fukuoka, Japón, 1945) por sus descubrimientos sobre los mecanismos de la autofagia (origen griego, “comerse a uno mismo”). Este proceso se encarga de la degradación y reciclaje de los componentes celulares.

Poco se sabía sobre este fenómeno, hasta comienzos de la década de 1990, gracias a las investigaciones de Ohsumi, quien descubrió los últimos mecanismos que permiten ese proceso. En concreto, en experimentos con levadura, el científico japonés identificó genes esenciales para la autofagia, conocidos como reguladores moleculares ATG (Iniciales de adenina, timina y guanina).

Sus descubrimientos marcaron un antes y un después en el conocimiento de los procesos de reciclaje celular y permitieron constatar la importancia de la autofagia en innumerables procesos fisiológicos. La comunidad científica ha detectado que las mutaciones en los genes de la autofagia pueden provocar enfermedades. Este proceso está implicado en varios trastornos, incluyendo el cáncer y el párkinson. En infecciones, las células también la utilizan para eliminar bacterias o virus invasores. El mecanismo sirve, a su vez, como sistema de control de calidad para deshacerse de proteínas u orgánulos defectuosos, que van surgiendo de manera natural con el envejecimiento.

Científicos celebran el galardón de su colega japonés. Afirman que el Premio Nobel es muy merecido y, además, reconocen la gran generosidad de la comunidad científica japonesa que trabaja en autofagia con los equipos de todo el mundo. Gracias a esto, se ha facilitado avanzar en el campo.

Jessica Martínez Flores

Fuentes: www.elpais.com

www.elmundo.es