Descubren gen produce las canas

canas

CIENCIA UANL / AÑO 19, No. 79, MAYO-JUNIO 2016

Un grupo de investigadores, entre los cuales se encuentran especialistas de la UNAM, descubrió el primer gen asociado a las canas en humanos. El IRF4, como se denomina al gen relacionado con la coloración del cabello, también lo está con la aparición de canas, por lo que podría tener potencial para futuras aplicaciones forenses y cosméticas.

Asimismo, con este gen se podría entender la biología del envejecimiento y la evolución de nuestra especie, indicaron los científicos, entre los que se encuentran Samuel Canizales y Jorge Gómez Valdés, de la UNAM, así como Víctor Acuña, de la ENAH. El hallazgo del Consorcio para el Análisis de la Diversidad y Evolución de Latinoamérica (Candela), liderado por la UCL, confirma que ese rasgo tiene un componente genético y no se debe sólo al medio ambiente.

Además de comprender la estructura y las características físicas de la población, las metas de Candela son de carácter biomédico, pues busca entender cómo los genes repercuten en procesos fisiológicos y biológicos, y si pueden ser de utilidad en ese sentido.

La muestra del estudio fue de más de seis mil voluntarios de cinco países –México, Colombia, Brasil, Chile y Perú– con diferente composición genética ancestral, para identificar genes asociados con encanecimiento, color, densidad y forma del cabello (lacio, rizado, crespo). Se analizó el genoma completo de los voluntarios. La aproximación a la variación del mismo se hizo con 700 mil marcadores; una vez examinada la información se buscó su asociación estadística con cada uno de los fenotipos que se estudiaron: distribución, pigmentación y forma del pelo en la cabeza y cara.

Esa exploración arrojó 18 señales de asociación, de las cuales diez no se habían reportado antes. Los genes IRF4 y PRSS53 destacan no sólo por su vínculo con las características del cabello, sino porque tienen importantes funciones biológicas en los procesos de envejecimiento y enfermedad. Los hallazgos, logrados a través de la valoración y análisis de la apariencia física de las personas, también pueden dar pistas sobre cómo trabajan los genes y cómo actúan en diferentes vías biológicas; eventualmente podrían ser de utilidad no sólo en términos de antropología, sino de salud y biología del envejecimiento (Fuente: Boletín de prensa de la UNAM).