El cártel de Sinaloa

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El cártel de Sinaloa
Diego Enrique Osorno
Grijalbo/Proceso
México, 2012

CIENCIA UANL / AÑO 18, No. 71, ENERO-FEBRERO 2015

El narcotráfico es un cáncer, y ha hecho metástasis a un nivel insospechado: se ha apoderado de esferas que antes considerábamos de refugio, como la seguridad pública y el gobierno, la sociedad misma y la cultura. Es un mal que ha permeado en todas las capas de población, tanto en los estratos bajos como en los altos, arrastrando consigo no sólo familias, sino comunidades enteras.

Hoy en día se ha extendido y está infectando a todo un país que se cae a pedazos, un país cuyos cimientos han sido infiltrados por el crimen organizado, un país que lamentablemente está cosechando tempestades, pues a lo largo y ancho de su geografía el territorio está sembrado de cuerpos ejecutados, de desaparecidos, de injusticia, de dinero fácil, de impunidad, de corrupción, en pocas palabras, de drogas. Nunca como hoy se ha vuelto tan cierta aquella máxima que sentencia: “las drogas matan”, lo malo aquí es que están matando un país otrora considerado inquebrantable.

Pero, ¿de dónde surge toda esta calamidad? Diego Enrique Osorno, en El cártel de Sinaloa, nos lleva a conocer uno de los cárteles fundacionales del narcotráfico, y nos presenta un libro de carácter urgente ante los últimos presidentes que han gobernado y gobiernan con la sangre. Como nos dice Froylán Enciso en el prólogo, estamos viendo sangre correr por políticas absurdas; según el mismo Froylán, ya diversos analistas han señalado que la mejor vía para combatir este cáncer es la legalización acompañada de programas educativos para el uso responsable de las drogas y una fuerte inversión en los problemas de salud pública causados por las adicciones. El problema aquí es que Froylán se olvida de que en este panorama de muerte, hasta nuestro sistema educativo ha participado con su apatía, desgano y, aunque suene absurdo, ignorancia, prueba de ello es el penoso asesinato de la ortografía en los libros de educación básica. Por otro lado, el gobierno pocas veces asigna una tajada de su pastel a todo aquello que huela a previsión.

Pero más allá de todo eso, El cártel de Sinaloa nos presenta un conocimiento histórico que de alguna manera puede ayudar a comprender el tema desde sus orígenes e imaginar futuros alternativos; porque, como dice el prologuista, las cosas no siempre fueron iguales. Sin duda alguna es un libro bien fundamentado, con antecedentes y datos históricos, con voces que han estado en la refriega y conocen de primera mano lo que están diciendo. Es decir, no estamos ante un libro surgido en el escritorio, sino ante una investigación de campo, junto a los protagonistas en los cuatro bandos, porque no se puede negar que nosotros como sociedad estamos en medio de esta guerra sin cuartel entre “gobierno” y narcotráfico, una guerra donde la gran ganadora es la muerte. (Luis E. Gómez)