Hostigamiento y acoso sexual en el deporte universitario: revisión sistemática

Zacnite Reyes-Mata* y Abril Cantú-Berrueto**

CIENCIA UANL / AÑO 25, No.111, enero-febrero 2022

RESUMEN

El objetivo fue revisar y analizar la evidencia internacional y nacional sobre conductas de hostigamiento y acoso sexual (HAS) en el contexto del deporte universitario, para conocer los índices de prevalencia, frecuencia, así como las percepciones y las experiencias. El método utilizado fue una revisión descriptiva y sistemática de las publicaciones científicas. Los resultados mostraron una prevalencia de HAS en este contexto (22%-64.4%). La principal conclusión es que la evidencia ha demostrado la existencia de conductas de HAS en el deporte universitario, aunque muchas veces pasan desapercibidas o se normalizan. Es importante destacar la escasa producción científica en México sobre el tema y la necesidad de desarrollar instrumentos que ayuden a homogeneizar estos indicadores.

Palabras clave: hostigamiento sexual, acoso sexual, deporte universitario, entrenadores.

ABSTRACT

The objective was to review the international and national evidence on sexual harassment (SHA) behaviors within the context of university sports. The method used was a descriptive and systematic review of scientific publications. The results showed a prevalence of SHA in this context (22%-64.4%). The main conclusion is that the evidence has demonstrated the existence of SHA behaviors in university sports, although they often go unnoticed or become normalized. It is significant to highlight the scarce national scientific production on the subject and the need to develop instruments that help to standardize these indicators.

Keywords: sexual harassment, university sports, coaches.

 

El deporte y el ejercicio físico producen beneficios corporales, psicológicos y sociales, tienen un impacto desde la prevención hasta a nivel terapéutico. A nivel psicológico facilitan la tolerancia al estrés y mejoran los niveles de autoconcepto y autoestima (Barbosa y Urrea, 2018). Dentro de este contexto, el entrenador se convierte en la figura de autoridad más importante para los y las deportistas y de mayor influencia sobre los mismos, impactando en el desarrollo cognitivo, afectivo-social y físico (Pulido et al., 2019).

Uno de los muchos beneficios que tiene el deporte en el desarrollo de las personas son los valores que se transmiten, los cuales pueden ser deseables y no deseables (Devis, 1996, citado en Ojea y Calo, 2007). Algunas de las acciones que pueden manchar los valores son la violencia de género, el hostigamiento sexual y el acoso y abuso sexual, los cuales son problemas no sólo del deporte, sino de situaciones que suceden en otros contextos.

Se ha publicado gran cantidad de bibliografía que describe el problema del abuso y el acoso sexual en el deporte en países como Australia, Dinamarca, Grecia, Israel, India, República Checa, Suecia, Noruega, Nigeria, Kenia, Turquía, Reino Unido, España, Puerto Rico, Estados Unidos y Canadá; en el contexto mexicano nos encontramos con escasa producción en relación con este tema. Una de las principales problemáticas al investigar el hostigamiento y el acoso sexual es la diferencia cultural sobre la percepción de comportamientos como hostigadores o acosadores, lo cual impacta en el momento de encontrar una definición homogénea.

En México, las leyes reconocen el hostigamiento y acoso sexual como delitos (LGAMVLV, 2007). La Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015, en la cual uno de sus principales instrumentos es la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), establece la prohibición de la violencia laboral constituida por todo tipo de discriminación, por condición de género, así como el hostigamiento y acoso sexuales.

Tomando en cuenta lo anterior, definiremos el acoso sexual como “una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado indefenso y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos”; en cuanto a hostigamiento, se entiende como “el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva” (LGAMVLV, 2007:4).

En el contexto del deporte universitario, el acoso por parte del entrenador puede ser tolerado con más facilidad que en otras esferas sociales, ya que las y los deportistas aceptan al entrenador como la figura de autoridad que da órdenes y que se extiende a la esfera privada de sus vidas (Lenskyj, 1992:26). Por ello, el presente trabajo tiene por objetivo revisar la evidencia internacional y mexicana sobre conductas de hostigamiento y acoso sexual (HAS) en el contexto del deporte universitario, para conocer los índices de prevalencia, frecuencia, así como percepciones y experiencias.

MATERIAL Y MÉTODO

Para esta investigación se realizó una revisión descriptiva y sistemática de las publicaciones científicas sobre el acoso yhostigamiento sexual en el deporte universitario de la última década (2011 a 2020). Se consultaron las siguientes bases de datos: Dialnet, Academia, Scielo, Redalyc, Redib, Science-Direct, ResearchGate, Conricyt y Ebsco host. Las palabras clave empleadas para realizar la búsqueda fueron: acoso sexual, hostigamiento sexual, deporte universitario y estudiantes. Los criterios de selección utilizados fueron: 1) estudios que analicen el acoso y hostigamiento sexual en el deporte universitario; 2) cualquier diseño metodológico; 3) escritos en inglés o español, y 4) acceso al texto completo. Siete publicaciones cumplieron con dichos criterios de selección.

RESULTADOS

De los trabajos seleccionados, es posible diferenciar categorías de análisis como prevalencia, frecuencia, percepciones y experiencias de HAS. En la tabla I se muestra un resumen con los datos de los trabajos seleccionados para esta revisión. A continuación se presentan los principales resultados de los estudios seleccionados.

En el estudio realizado por Ahmed et al. (2018), en una muestra de 180 estudiantes-deportistas mujeres, reportaron que 31.1% había experimentado al menos un incidente de conducta sexual verbal y física inapropiada por parte de los entrenadores y 31.7% de conductas sexuales no deseadas. Esto constituye una tasa de prevalencia de 1:3 deportistas femeninas que experimentan un comportamiento sexual muy grave e inaceptable por parte de sus entrenadores. La ocurrencia de conductas reportadas por 71.7% fue para los comportamientos aceptables de sus entrenadores. En cuanto a la percepción de las deportistas ante estas conductas, se encontró que algunas de éstas fueron percibidas como conductas sexuales más graves e inaceptables (por ejemplo, “te muestre sus partes privadas”; “tener una relación íntima con un atleta menor de la edad legal de consentimiento”; “besarte con un tono sexual” y “mirar fijamente tus partes privadas”).

Por su parte, Kamau et al. (2014), en una muestra de 408 mujeres, encontraron que la prevalencia de conductas de acoso sexual se presentó en 64.4% de las participantes del estudio. Algunos de los tipos de acoso sexual reportados en este estudio fueron: miradas sexuales incómodas (69%), comentarios sexuales ofensivos (67%) y comentarios sobre su atractivo (54%). Los menores tipos de acoso sexual indicados fueron: intento de violación (28%), exponer partes del cuerpo (29%) y escribir mensajes ofensivos en áreas designadas (31%). Sobre la frecuencia de experiencias de acoso sexual encontraron que 44.5% experimentaron acoso sexual de dos a cinco veces, seguido de una vez (31.3%); 13.2% de las encuestadas lo experimentaron de seis a nueve veces y 10.9% fueron acosadas sexualmente más de diez veces.

En otro estudio (Horcajo y Pujol, 2014), en una muestra de 214 estudiantes, encontraron que hay comportamientos que son considerados por la mayoría de las deportistas como constitutivos de acoso sexual, como “proponer relaciones sexuales a cambio de privilegios” (82.2%), “besar en los labios” (69.6%) y “proponer relaciones sexuales sin nada a cambio” (63.6%). En cuanto a la frecuencia, 96.1% ha experimentado alguna vez o a menudo “toca el hombro cuando instruye”, mientras que 85.9% reportan “abraza cuando se gana”. Mientras que 60% reportaron “besar en la mejilla” o “se acerca mucho durante la instrucción”. En cuanto a las conductas no relacionadas con las instrucciones del deporte, pero de forma contextual dependiente de éste, “invitar a la deportista por un café” (52.9%) y “preguntar a la deportista sobre su fin de semana” (61.3%), fueron las más experimentadas. El 1% reportó haber experimentado propuestas de relaciones sexuales a cambio de privilegios o bajo amenaza y 2.3% propuestas de relaciones sexuales sin nada a cambio.

Asimismo, González et al. (2020), en una muestra de 46 estudiantes (H = 23 y M = 23), encontraron que la prevalencia fue de 26.1% del total de los y las participantes, en el cual 39.1% de los hombres y 13% de las mujeres lo habían experimentado. También encontraron que en el total de 24 conductas encuestadas, sólo seis fueron consideradas por los y las participantes como actos de hostigamiento sexual, éstas fueron: “hace preguntas al deportista sobre su vida sexual” (M = 2.54), “mira fijamente las partes íntimas del deportista” (M = 2.72), “muestra interés sexual por el/la deportista” (M = 2.78), “besa en los labios” (M = 2.83), “propone relaciones sexuales sin nada a cambio” (M = 2.80) y “propone relaciones sexuales a cambio de privilegios” (M = 2.83).

En el estudio de Fasting et al. (2010), en una muestra de 616 mujeres, encontraron que 22% de las participantes había experimentado conductas de acoso sexual. La forma de acoso que las participantes informaron haber experimentado con mayor frecuencia fue repetidas miradas sexuales no deseadas, etc. (22%), seguido de burlas (19%) y contacto físico no deseado (16%).

Por otra parte, Johansson y Lundqvist (2017), en una muestra de 477 (H = 223 y M = 254) deportistas, encontraron que el contacto físico inapropiado, desagradable u ofensivo tuvo una prevalencia de 4.4%. El 0.6% sufrió una representación no deseada en video sexualmente explícito, 0.4% fue obligado a ver una actividad sexual cometida por un entrenador y 0.6% fue obligado o presionado a participar en una actividad sexual.

Por último, Fasting y Sand (2015), con una muestra de nueve estudiantes, realizaron un análisis de las narrativas, encontrando que dos participantes del estudio señalaron haber experimentado un “contacto físico no deseado”, pero sus experiencias variaban mucho, ya que iban desde golpear la espalda y el hombro (deportista 1) hasta besar y tocar (deportista 2).

CONCLUSIONES

La evidencia ha demostrado la existencia de conductas de HAS en el contexto del deporte universitario, las cuales muchas veces pasan desapercibidas o se normalizan en la práctica deportiva como tratos sociales aceptados. Encontramos que muchas conductas que no eran percibidas como HAS eran las que en su mayoría experimentaban las y los deportistas. Es importante destacar la escasa producción científica mexicana e incluso internacional sobre el tema y la necesidad de desarrollar instrumentos que ayuden a homogeneizar estos indicadores para así poder avanzar a la realización de políticas públicas que se encarguen de erradicar dichas conductas.

Definitivamente, ésta es una tarea que nos compete como psicólogas y psicólogos del deporte, pues somos los y las profesionales encargadas de la salud mental y del bienestar psicológico de los y las deportistas, a su vez, generar programas de intervención y prevención para estas situaciones. Por ello, es importante generar proyectos de investigación que nos acerquen al conocimiento y entendimiento de estos temas que deben ser considerados de gran relevancia.

 

* Universidad Autónoma Metropolitana.
Contacto: zacnite.rema@gmail.com

REFERENCIAS

Ahmed, M.D., Van Niekerk, R.L., Ho, W.K.Y., et al. (2018) ‘Female student athletes’ perceptions of acceptability and the occurrence of sexual-related behaviour by their coaches in India. International Journal of Comparative and Applied Criminal Justice. 42(1):33-53.
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. (2007). Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Diario Oficial de la Federación. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/209278/Ley_General_de_Acceso_de_las_Mujeres_a_una_Vida_Libre_de_Violencia.pdf
Fasting, K., y Sand, T.S., (2015). Narratives of sexual harassment experiences in sport. Qualitative Research in Sport, Exercise and Health. 7(5):573-588.
Fasting, K., Chroni, S., Hervik, S.E., et al. (2010). Sexual harassment in sport toward females in three European countries. International Review for the Sociology of Sport. 46(1):76-89.
González, R.B., Echeverría, R.E., y Trujillo, C.D.C. (2020). Conductas de hostigamiento y acoso sexual en selecciones deportivas universitarias: una realidad invisible. Aposta. (86):8-28.
Horcajo, M.M., y Pujol, A.J. (2014). El acoso sexual en el deporte: el caso de las estudiantes-deportistas del grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de Cataluña. Apunts Educación Física y Deportes. (115):72-81.
Johansson, S., y Lundqvist, C. (2017). Sexual harassment and abuse in coach-athlete relationships in Sweden. European Journal for Sport and Society. 14(2):117-137.
Kamau, J., Amusa, L.O., Toriola, A.L., et al. (2014). The forbidden acts: prevalence of sexual harassment among university female athletes. African Journal for Physical Health Education, Recreation and Dance. 20(3):974-990.
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Pulido, J.J., Merino, A., Sánchez-Oliva, D., et al. (2019). Effects of an intervention program on the interpersonal style of football coaches. Cuadernos de Psicología del Deporte. 19(1):32-49.